Por la Dra. Laura Catena; Alejandro Vigil, Director de Enología; y Luis Reginato, Director de Viñedos

El 2022 ha sido un año excepcional en Catena Zapata desde todos los puntos cualitativos posibles. En todo Mendoza, tanto en la Primera Zona (más cercana a la ciudad de Mendoza) como en el Valle de Uco los vinos presentan una acidez óptima, gran concentración y madurez de polifenoles, y niveles de alcohol justos (no demasiado altos).

Alejandro Vigil, Director de Enología de Catena Zapata afirma: "Es la mejor cosecha que me ha tocado vivir".

PublicidadSin embargo, esta ha sido una añada al estilo "montaña rusa", con dos grandes heladas y un lapso más breve entre el inicio y el final de la vendimia, lo cual requirió gran dedicación y constancia por parte de todo nuestro equipo de viñedos y bodega. Debido a que los patrones climáticos fueron tan impredecibles, la cosecha 2022 exigió un conocimiento profundo de cada región y viñedo.

Por ejemplo, el clima en el Viñedo Adrianna en Gualtallary resultó más frío que otros años, mientras que las temperaturas en el Viñedo Nicasia en Altamira (al sur del Valle de Uco) fueron más altas que lo habitual. En general hubieron menos lluvias en el Valle de Uco (lo que contribuyó a una menor humedad y a dos grandes heladas).

PublicidadSin embargo, en el Este de Mendoza llovió más que lo habitual. Tuvimos un asado de fin de cosecha particularmente festivo, en el que nos sentimos aliviados de haberlo logrado.

El invierno, más templado que lo habitual, contribuyó a una vida al aire libre agradable, a pesar de las restricciones del COVID. También tuvimos algunas fuertes tormentas de nieve que alegraron a los viticultores y esquiadores de Mendoza. El agua de deshielo fue particularmente importante este año. La primavera y el verano se presentaron secas, con un 15 a 40 menos de lluvia que lo habitual en la mayoría de las zonas.

PublicidadLa primavera seca provocó varias heladas en el Valle de Uco, que pudieron subsanarse con los tradicionales tachos de combustible. Al momento de la cosecha, obtuvimos rendimientos entre un 10% a un 20% menores de lo habitual. Gracias a la abundante agua de deshielo, pudimos mantener una canopia saludable, con rendimientos que no se redujeron más allá del efecto de las heladas. No sabemos bien por qué; tal vez teniendo en cuenta que el Malbec es una variedad muy susceptible a la helada, pero este año cosechamos antes el Cabernet Sauvignon que el Malbec, lo cual es inusual. En ambos casos, obtuvimos una madurez y sanidad óptimas (es decir, sin podredumbre y poca necesidad de aplicar sulfato de cobre).

Tuvimos la suerte de tener una cosecha temprana de Malbec y Cabernet Sauvignon durante las últimas dos semanas de marzo, ya que cuando cayó una helada tardía el 30 y el 31 de marzo, ya habíamos terminado de cosechar en el Valle de Uco. El hecho de que los climatólogos anunciaran la helada con 5 o 6 días de anticipación resultó útil, dándonos tiempo para terminar de cosechar todos los viñedos de clima frío. El otoño, con temperaturas más frescas que lo habitual, permitió que las uvas maduraran en forma gradual y completa, especialmente en las zonas con bajos rendimientos naturales.

PublicidadDurante los meses de maduración de febrero y marzo, las temperaturas también fueron más bajas que lo habitual, contribuyendo a la excepcional concentración y balance que caracterizan a la cosecha de este año.