A la redacción de Parawine llegó un muy interesante correo en el cual se comentan cada uno de los aspectos de la reciente ciclo vitivinícola 2020-2021, de acuerdo a la experiencia vivida por la bodega argentina Catena Zapata. Firman el texto la Dra. Laura Catena, Directora General de la casa de vinos; Alejandro Vigil, Director de Enología y Luis Reginato, Enólogo y Director de Viñedos.

Por considerarlo del interés de nuestros lectores, compartimos in extenso el contenido del material.

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En términos generales, la 2021 fue una añada fría y ligeramente más lluviosa que la anterior. Tuvimos un promedio de entre un 15 a un 20% menos de grados días que en 2020, y el clima en general fue un poco más frío de lo habitual. Los rendimientos de las variedades blancas fueron bajos a causa de las heladas de octubre. Los rendimientos de las variedades tintas fueron normales, con uvas de excelente calidad y sanidad. El clima frío proporcionó tintos de gran concentración, con hollejos maduros, azúcares moderados y una acidez óptima.

En el invierno 2020 tuvimos más nieve y lluvia que en años anteriores, lo cual se tradujo en mayor agua de deshielo, con fotografías impresionantes. La vista de las montañas cubiertas de nieve, junto a los viñedos verdes y maduros, contrastó con la escasez de turistas que no pudieron disfrutar de semejantes paisajes. Dada la reducción histórica del agua de deshielo debido al cambio climático, fue un alivio tener un año con abundante agua.

Durante el inicio de la primavera, el 5 de octubre, se produjo una helada que afectó principalmente a las variedades blancas, de ciclo vegetativo corto. En todo el Valle de Uco se encendieron velas contra la helada, permitiendo minimizar el daño. Afortunadamente, la brotación de Malbec y de Cabernet aún no se había producido, por lo que pudimos salvar las principales variedades tintas.

A partir de diciembre, comenzaron las lluvias breves de verano, repitiéndose cada 15 días aproximadamente.

Se trata de las clásicas lluvias continentales de nuestra región. Si bien son lluvias momentáneas y violentas, debido a los suelos bien drenados y a su corta duración, proporcionan la cantidad de agua necesaria para las uvas estresadas por el calor estival. Estas lluvias, acompañadas de días nublados, dieron como resultado temperaturas inferiores a las habituales durante los meses de enero, febrero, marzo y abril, facilitando una lenta maduración de las variedades tintas hasta finales de abril.

Lo que destacamos de la añada 2021 es el clima parejo en toda la provincia de Mendoza. Los mejores viñedos, como ‘Adrianna’ en Gualtallary y ‘Nicasia’ en Paraje Altamira, darán vinos extraordinarios. Sin embargo, estimamos que habrá vinos más económicos de excelente calidad, lo cual es algo maravilloso para toda nuestra región.

Afortunadamente, en el 2020 no hubo tormentas significativas de granizo.

VIÑEDO ADRIANNA. En Adrianna los rendimientos fueron normales. Nuestro Chardonnay aún no había brotado cuando se produjo la helada el 5 de octubre, por lo que no sufrió daños. Fue un año frío con temperaturas un 18% por debajo de 2020. No hubo aumento de precipitaciones como en otras zonas de Mendoza. Durante los 12 meses previos a la cosecha, llovieron 350 mm (14 pulgadas)

VIÑEDO NICASIA. Las temperaturas en Paraje Altamira fueron un 15% más bajas que en 2020, pero ligeramente más altas que el promedio histórico. Llovieron 380 mm (15 pulgadas)

VIÑEDO ANÉLICA SUR. Ubicado en El Cepillo, este viñedo recibió más lluvia de la habitual - 585 mm (23 pulgadas), y se cultivó principalmente en secano. Las temperaturas fueron más frías que en 2020 y más bajas que el promedio histórico.

COMENTARIOS DE FERNANDO BUSCEMA, ENÓLOGO A CARGO DE LA ELABORACIÓN DEL NICOLÁS CATENA ZAPATA. “Si bien la añada 2021 tuvo algunas similitudes con la 2016 - ambas fueron frías y lluviosas - la 2021 fue menos extrema que la 2016. El Cabernet Sauvignon puede ser muy sensible al calor extremo o a la sequía, provocando lo que los franceses llaman "blocage", que resulta en taninos ásperos y sabores excesivamente herbáceos. Sin embargo, la añada 2021 proporcionó todo lo contrario. Los Cabernet Sauvignon fermentados presentan frescas y deliciosas notas frutales, una acidez óptima y alcoholes relativamente bajos, facilitando maceraciones más largas, que otorgarán vinos elegantes, longevos, de excelente textura y de perfecto equilibrio. Fue una gran añada para el Cabernet Sauvignon de altura de Mendoza”.

COMENTARIOS DE ALEJANDRO VIGIL, DIRECTOR DE ENOLOGÍA, ACERCA DEL MALBEC 2021. “La añada comenzó con una primavera seca, seguida de un verano húmedo, con temperaturas más frías en el valle de Uco. La primavera seca preparó el escenario para rendimientos moderados, y el verano fresco y soleado con lluvias esporádicas mantuvo felices a las vides. En el Valle de Uco el resultado fue una cosecha de Malbec temprana, con perfecta acidez y madurez, y alcoholes ligeramente más bajos (entre 13º y 13,5º)”.