Por Florencia Parodi
Vinos y gastronomía van de la mano en todas las situaciones, pero más aun cuando hay brindis, encuentros y largas sobremesas, ya que es una de las bebidas ideales para compartir. Ahora bien, el desafío cuando se trata de maridar en estos encuentros, es encontrar opciones que puedan combinar con diferentes tipos de recetas y así también, con el gusto de los comensales.
Carnes rojas, blancas, salsas cremosas, ensaladas, postres… Navidad y Año Nuevo tienen de todo y si algo sabemos, es que cada casa ya tiene su clásico menú, así que vamos a ver vinos que puedan acompañar estas recetas tradicionales y que, a la vez, sean variados para el paladar. Tomá nota.
APERITIVOS. Estos encuentros se caracterizan por largas previas y aperitivos de por medio. Aquí las opciones dependen mucho del gusto del anfitrión, y podemos elegir entre varios estilos. Blancos frescos para arrancar como el Sauvignon Blanc, recordando etiquetas como Las Moras Etiqueta Negra; el Don Próspero de la bodega uruguaya Pizzorno, o bien un clásico chileno, como el Errázuriz Aconcagua Costa.
Los rosados funcionan muy bien y aquí, nuestra recomendación es el Matua Rose, fresco y aromático. También podemos optar por cepas como la Gewurztraminer, la cual encontramos en el Trisquel de Viña Aresti; o bien, algún blanco más mineral como el Pazo das Bruxas, un albariño DO Rias Baixas muy fresco. También vale tener presente el delicioso Marqués de Vizhoja, otro muy fresco DO Rias Baixas. Los espumosos son una excelente elección para este momento, y tenemos algunas recomendaciones más adelante.
PAVO Y PREPARACIONES CON CARNES BLANCAS. Cuando hablamos de carnes blancas buscamos vinos sin tantos taninos y menos potencia, para acompañar la suavidad de las mismas, aunque, la variante puede darse en la salsa o bien, en el relleno si es que es el caso de la preparación. En líneas generales, podemos optar por los blancos con madera para quienes los disfrutan así, como, por ejemplo, un Chardonnay como el 19 Crimes que tiene un perfil “maderoso”; o uno con una madera que se siente en la textura, pero no tanto en el sabor, como es el caso del Lágrima Canela de bodega Bressia, con la elegancia y la potencia para acompañar platos de gran sabor o, el Chardonnay de La Mascota.
Los blends de blancas también son buenos aliados, y afortunadamente, cada vez tenemos más en el mercado.Un blanco que no queremos olvidar es el Indomable Blanc de Malbec de Colosso Wines, una propuesta diferente, fragrante y con cuerpo sedoso, ideal para disfrutar en la mesa.
Por supuesto, los tintos más frutales, sobre todo, los Pinot Noir como el Matua, ya que Nueva Zelanda también es reconocida por esta cepa; o podemos elegir uno de la Patagonia, como el de Humerto Canale o el Baettig Los Parientes para ir variando, pero mantenernos en la frescura y suavidad.
También podemos elegir rosados, que van perfecto con carne de cerdo, como por ejemplo, el Carmela Benegas, afrutado rosé de Cabernet Franc; o por qué no, disfrutar de un rosado de la Provence, como el famoso Miraval que ya lo tenemos en nuestro país.
CARNES ROJAS Y PLATOS INTENSOS. En algunas casas el asado no falta y en otras, algunos platos bien condimentados. Entre estas recetas nos animamos a vinos más intensos, con taninos, pero siempre buscando la acidez que nos permitirá limpiar el paladar. Entonces, podemos ir con varietales de nuestra reina tinta, la Cabernet Sauvignon en propuestas como el Big Bat de La Mascota con mucho aporte de la madera, o elegir la línea Gran Mascota.
Para los amantes del Malbec, sobran las opciones y es una ocasión especial para animarse a nuevos estilos y bodegas. Podemos ir con un chileno ¡Sí! Hay Malbecs muy buenos, como es el caso del Montes Alpha, del que no se van a arrepentir, o probar el Blend de Malbecs de Vicentín, concentrado, mineral y voluminoso en boca.
También podemos apostar a lo más clásico, como el Angélica Zapata o un Luca, del emprendimiento personal de Laura Catena y sin dudar, la línea Bramare de Viña Cobos.
Los blends son el otro camino y aquí nos encontramos con muchísimas opciones, como el Millantu de Santa Alicia, con Cabernet Sauvignon, Franc y Carmenere, 3 cepas potentes de Chile; un argentino como el Unánime o los Huarpe, vinos de excelente RPC. También podemos elegir un europeo ya que es el estilo que los caracteriza, como el español Purgatori, o un francés del Ródano, como los vinos de Famille Perrin que tienen varias líneas ya en el país. Y ya que estamos en Europa no podemos dejar de mencionar al novedoso Montecillo DOCa Rioja, que como todo buen exponente de esa famosa denominación de origen tiene importante base de Tempranillo.
Cuando se habla de blends es cuestión de ir probando y animándose.
POSTRES Y SOBREMESA. Bueno, aquí los espumosos y el champagne se llevan la delantera, pero vamos con etiquetas que puedan ir a buscar en la góndola. El Escorihuela Extra Brut es uno de nuestros favoritos sobre todo para el pan dulce, ya que tiene notas intensas de levadura y frutos secos, el maridaje perfecto, y en esta misma línea, el Saint Felicien Nature. También podemos elegir un cava como el Villarnau, delicioso para maridar con postres y disfrutar con algún helado.
Para los amantes del prosecco, el Piccini Extra Dry los va a conquistar con sus sabores frutales y sus suaves burbujas. Y el infaltable champagne, que además del brindis, es la bebida ideal para esa sobremesa con masas y postres cremosos, aquí tenemos Nicolás Feuillatte, uno de los champagnes más vendidos en el mundo, o el Pommery, elegante y delicado.
También podemos apostar por vinos de postre, opciones dulces que equilibren estas preparaciones en boca. Y si es con chocolates, animarse a los oportos, la combinación perfecta.
Todas estas opciones se encuentran en el mercado, en las góndolas de supermercados y tiendas especializadas, gracias a Caminos del Vino, Frutos de los Andes, Distribuidora Gloria, Wines&Spirits, Nobleza, La Mercantil Guaraní, Cavas Wines y ACSA.
Excusas no hay, pero sí diversidad en todos los sentidos así que a disfrutar del buen vino en estas fiestas ¡Salud!