Por Alejandra Gavigán

Por carisma y simpatía, un personaje del vino que atrapa a Paraguay cada vez que llega al país es don Ricardo Santos, más conocido como “el Profeta del Malbec” o “el Señor Malbec”. Así, toda novedad que surge a partir de los vinos que llevan su nombre y apellido rápidamente se transforman en noticia. Por ello, el hecho de que se estuviera organizando una cata vertical con uno de sus famosos vinos abrió a Parawine la oportunidad de brindar una nueva información al ávido público local.

Sin embargo, el protagonista de esta nota no es don Ricardo sino Patricio, el hijo que lleva la enorme responsabilidad de ser el enólogo de Cuchillas de Lunlunta, la bodega que elabora los vinos firmados por su padre.

Para concretar la charla llegué a la casa de Don Manuel (valga la aclaración que no es una casa, sino un restaurante) donde Patricio con paciencia conversó con los medios que lo entrevistaron. Ahí estaba él, con la misma amplia sonrisa y la maravillosa calidez humana que son marca registrada de su padre.

Patricio Santos es ingeniero agrónomo de profesión y tiene una especialización en Enología que hizo en Davis, California. Hoy, dirige los destinos enológicos de la bodega familiar que se encuentra en la localidad mendocina de Maipú, “exactamente en una localidad que se llama Russel, donde estamos establecidos desde el año 1992. Allí plantamos Malbec en una época en la que todo el mundo nos decía que estábamos locos”, comenta.

¿Por qué Malbec?
El Malbec era una variedad considerada como la tinta más importante de Argentina, históricamente. Y lo sigue siendo, pero en aquel momento el razonamiento era: ‘¿Cómo va a ser buena si es la que hay?’ Entonces papá, quien siempre ha sido un visionario y fanático del Malbec, decidió plantarlo. La gente de la vieja guardia nos decía: ‘hay que plantar Cabernet Sauvignon, Merlot y Chardonnay como se hace en todo el mundo’.

Había un cambio en marcha en aquellos años…
El movimiento del vino en ese momento creía que solo se demandaba el Cabernet Sauvignon y Chardonnay, pero nosotros nos dimos cuenta de que el mundo demanda cosas nuevas permanentemente y plantamos Malbec. Hoy, 25 años después, demostramos que teníamos razón. Muchas bodegas grandes que en ese momento tenían plantaciones de Malbec las arrancaron y plantaron Merlot. Y a los 5  años volvieron al Malbec. 

¿De cuándo data su primer Malbec?
La  primera viña se plantó en 1992 y en 1995 se realizó el primer Ricardo Santos, que por 10 años fue el único vino que hacíamos.

¿Qué significa ser el hijo del Señor Malbec?
Es muy difícil, pero al mismo tiempo muy llevadero. Hace pocos años con Pedro, mi hermano, decidimos invitar a nuestro padre que se retirara del trabajo diario y no puso ninguna objeción. Es increíble que mi papá sea mucho más productivo afuera de la empresa que adentro, y creo ello se debe a que no lleva los problemas del día a día. Él siempre está pensando ideas nuevas, trabajando las presentaciones de los vinos… Hoy, papá no es el retirado que no hace nada, tenerlo afuera es como tener un consultor full-time. Te puedo asegurar que debe estar muy enojado porque vine yo, y no él. (Risas)

¿Desde cuándo sos el enólogo de la bodega?
Desde siempre. Yo crecí en la bodega, por supuesto que como todos tuve una etapa de rebeldía en la que no quería saber nada del vino, pero acá me ves. Quedé en el mundo de la uva. Cuando comenzó el proyecto de la bodega de Ricardo Santos yo me encontraba haciendo mi master en California. Desde la primera cosecha soy el enólogo; en ese entonces me dedicaba a part-time porque era una producción pequeña y los primeros años elaborábamos en otras bodegas, por 10 años, hasta que construimos nuestra propia bodega.

¿Exactamente cuándo se habilitó la nueva bodega?
En marzo del 2006 tuvimos la primera vendimia, pero la bodega no está terminada, siempre hay cosas que actualizar.

Tango y Malbec, símbolos de argentinidad en cualquier parte del mundo…
Tango argentino, recuerdo, rezongo, rencor, remordimiento, todo con re. Tango argentino de amores contrariados, de hombres de verdad, de hombres fieles. Símbolo y tarjeta de presentación, en cualquier parte del mundo suena un tango y a su alrededor se levanta un murmullo y una copa de Malbec. Si la cuestión de  símbolos argentinos podría definirla, la mejor definición sería el Malbec.

¿Cuáles son las novedades de la bodega en este momento?
Hemos incorporado nuevos vinos, el primero es el Semillón, luego tenemos el Trampa Rosado, y hace poquito más de un año tenemos el Gran Malbec que sería nuestra nueva estrella.

¿Mucha presión al elaborar vinos así?
Sí, es mucha porque lleva el apellido de mi padre. Al diseño de los vinos lo hacemos entre todos; si bien soy el responsable técnico, el estilo del vino es una determinación familiar

¿Don Ricardo tiene la palabra mayor?
Claro, pero como hace tanto que trabajamos conectados ello me permite hacer cosas más grosas. Pero por supuesto que cuando hacemos cortes participamos todos, y él siempre tiene la última palabra. Hacemos participar a todos en la elaboración, desde el que cultiva, el que cuida el viñedo, hasta la parte administrativa. Es una decisión familiar.

El mundo evoluciona constantemente y pide cosas nuevas: ¿Cómo ves el estilo de la marca en los años que siguen?
Yo creo que tenemos un estilo que va perdurar, una demostración de ello es que desde el 95 lo hemos mantenido. Cada año es distinto en cuestiones de la cosecha. Hay años en los que debemos trabajar puntualmente sobre un tema. Tenemos un estilo elegante, de buena complejidad sin que ninguna arista sobresalga demasiado. Somos productores de pequeña cantidad, lo que es una ventaja, por lo cual podemos hacer vinos que nos gusten, y la gente venga a buscar nuestros vinos porque les gustan. Si la producción nuestra se multiplicara por 10 haríamos lo que a la gente le gusta, no lo que nos gusta a nosotros. Nos va bien haciendo esto.

¿Cómo surgió la idea del Semillón?
Allá por el 2007 queríamos sacar un vino blanco, pero no otra vez un Chardonnay o un Sauvignon Blanc. Vimos el Semillón era la gran variedad blanca argentina. Encontramos uvas de Semillón de unas plantas que tienen 75 año y dijimos ‘dale vamos con el Semillón’. No tenía experiencia pero salió algo muy importante. Es la blanca que más futuro tiene. Las mismas personas nos volvieron a decir la misma cosa: ‘¡Están locos! ¿Para qué Semillón?’ En Estados Unidos tampoco tenían mucha fe, pero enviamos nuestra producción y se terminó. Nos sentimos orgullosos de haber tirado la primera piedra y este vino, vino para quedarse.

¿Y el Gran Malbec?
Es un vino que empezamos en la vendimia 2009. Hemos seleccionado el terroir que era el más balanceado y con mejor rendimiento y lo elaboramos en pequeños tanques de concreto, y de ahí pasa 36 meses en barricas de roble francés usadas para no tener tanta agresividad. Es un vino bien estructurado, con mucho cuerpo pero a su vez con una buena fruta.

¿Trampa?
Ese es un invento de mi señor padre, yo solo soy el encargado de lo que el cría. Es un vino rosado, su particularidad es que es un blend entre Semillón y Malbec. Usamos lo mismo que para nuestro Semillón tradicional y lo mezclamos con una cosecha temprana de Malbec para extraer un mosto de baja maceración, y lo mezclamos para que fermenten juntos. Tiene mucha estructura y cuerpo pero lo curioso es que el semillón da casi toda estructura y el Malbec aporta el color y aroma.

Tengo que hacerte una pregunta que le hago a todos los personajes del vino: ¿Qué se viene en Argentina después de todo esto?
Cambios constantes y apariciones nuevas, hoy por hoy el vino que está de moda es el Cabernet Franc, pero hay Malbec para rato.

¿Cortes?
Sí, pero más Malbec, una nueva generación, nuevas regiones, nuevas zonas, nuevas maneras de elaboración. Hay mucho lugar para el Malbecen el mundo entero.



VERTICAL. Luego de la entrevista se desarrolló entre periodistas, el propio Patricio y otros invitados un ameno almuerzo. A la noche de ese mismo sábado, en Le Sommelier Restaurante se desarrolló una muy interesante actividad: una cata vertical del Ricardo Santos Malbec, de las añadas 2000, 2002, 2013 y 2014. Un verdadero lujo.

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