Por Florencia Parodi

A través de la importadora Mannah, una nueva bodega pisa suelo guaraní. ¿La propuesta? Vinos que amalgaman la elegancia francesa y la potencia del vino chileno, con el sello de calidad del linaje Rothschild en cada copa. 

Los Vascos es propiedad de Domaines Barons de Rothschild (Lafite), los hacedores de los grandes vinos de Burdeos, quienes hace ya unos años han decidido expandirse, tanto en Francia como fuera del país. Conversamos con José Tomás Urrutia, área manager para Latinoamérica, quien nos comentó acerca de la singularidad de Los Vascos y la filosofía que hay detrás de sus vinos. 

Cuando el Barón Eric Rothschild (quinta generación de esta importante familia) tomó las riendas del negocio, decidió expandirse buscando diferentes terroirs. Chile, como uno de los mayores productores de vino de calidad en el mundo, era una opción ineludible. 

Llegaron a esta viña en el año 1988, donde ya había viñedos desde 1750. Al ver el microclima que se formaba por su ubicación y suelo, el Grupo no dudó, y eligió el nombre “Los Vascos” en homenaje a sus antiguos dueños. 

“La propiedad está a 200 km al suroeste de la ciudad de Santiago y a 40 km del mar, con una altura promedio de 130-150 metros. El suelo es de origen volcánico, arenoso-arcilloso y semiárido”, explicó Urrutia. Comentó que como campo unitario, es la propiedad más grande que existe en Colchagua. “Tiene 4.000 hectáreas, de las cuales 650 son viñedos; además, hay plantaciones de trigo, olivas, hay ganado, se aprovecha la tierra y se busca una práctica sustentable”, agregó. 

En las 650 hectáreas de viñedos, como es de esperarse, la estrella y señora es la Cabernet Sauvignon (85%), aunque también poseen Carmenere (5%), Syrah (4%) y Chardonnay (5%), entre otras. De a poco, están realizando las replantaciones de vides. 

LINAJE DE FAMILIA Y SUELO. “Nuestros vinos empiezan en los viñedos”, afirmó Urrutia, quien nos explicó que el trabajo está totalmente manejado y supervisado por la familia Rothschild desde Francia, cuyos miembros viajan periódicamente a las bodegas que tienen en los diferentes países. “Tenemos un director técnico francés, Olivier Trégoat, quien está a cargo de las propiedades fuera de Burdeos. Él viaja unas 3 o 4 veces al año tanto a Chile como a Argentina, a supervisar el trabajo en los viñedos y en la bodega, da el visto bueno al vino para ser embotellado”, contó el representante chileno. 

“Ellos están muy presentes, buscando que la calidad sea la que ellos quieren para ponerle su sello Rothchild”, sostuvo, y ante la consulta de qué implica este sello, no dudó en afirmar: elegancia, equilibrio y armonía. 

SIETE ETIQUETAS CON DÉCADAS DE HISTORIA. En la bodega Los Vascos el tiempo transcurre de una manera distinta, más lentamente, lejos de las premuras que llegan con los negocios; porque para el Grupo Rothschild la calidad viene primero y esto se refleja en el tiempo que dedican a desarrollar sus vinos. “La primera cosecha del Carmenere se hizo durante 10 años, hasta que llegó al nivel que querían. Lo primero es la calidad”, explicó. 

Una de las estrategias que Los Vascos implementa para conseguir esta calidad se centra en el rendimiento del viñedo. “Todos nuestros vinos están trabajados en el campo para que tengan bajo rendimiento, para obtener una mayor calidad superior en la uva. Por ejemplo, el Cabernet Sauvignon no tiene barrica, pero solamente se extraen 10 toneladas por hectárea; los Gran Reserva son de 7 toneladas por hectárea y LeDix, se produce con 5 a 6 toneladas por hectárea”, reveló. 



LE DIX. En español significa “Los Diez” y fue creado para celebrar el décimo aniversario de la bodega en Chile. Es su vino insignia y resulta de la combinación de Cabernet Sauvignon (alrededor del 85%), Carmenere y Syrah, aunque Urrutia comentó que puede haber variaciones de acuerdo a la cosecha. 

Este vino se guarda durante 16 a 18 meses en las mismas barricas que el famoso Chateau Lafite Rothschild, producidas por la tonelería que la familia tiene en Francia. “Además, en el campo hubo replantación y se dejó un pequeño sector con parras de 70 años que se utilizan para Le Dix, dan una producción pequeña con una calidad excepcional”. 

LÍNEA GRAN RESERVA. Son tres etiquetas: Cabernet Sauvignon, Carmenere y un blend compuesto por Cabernet Sauvignon, Syrah, Carmenere y un poco de Malbec. Pasan por 12 meses de guarda en barrica, 50% de segundo uso (las utilizadas el año anterior por Le Dix) y 50% nuevas. 

VARIETALES. En esta línea se encuentra el Cabernet Sauvignon, el Chardonnay y el Sauvignon Blanc. En el caso del primero, no tiene paso por barrica, ya que se busca la máxima expresión de la cepa. Por su parte, el Sauvignon Blanc se elabora con uvas que obtienen de productores especializados de Casablanca, zona famosa por la calidad de esta uva. En cuanto al Chardonnay, dependiendo del enólogo, hay botellas que llevan un blend entre Chardonnay de la viña con otras provenientes de Casablanca también. 

Por último, se encuentra Los Vascos Rosé, elaborado con Cabernet Sauvignon y Syrah. 

DE FRANCIA A CHILE Y DE CHILE AL MUNDO. El cuidado con el que trabajan en la viña, los altos estándares que exige Lafite y las excepcionales cualidades del terruño chileno, han convertido a Los Vascos en una bodega con importante presencia en todo el mundo, llegando a casi todos los países de Latinoamérica, Europa, Centroamérica y a países como Estados Unidos y China, siendo estos últimos sus principales mercados.  

Ahora también están en nuestras góndolas gracias a Mannah, representante oficial de la marca en el país, la cual ya se encuentra realizando actividades para dar a conocer los vinos. “Paraguay es un mercado que va creciendo para el vino chileno, […] cada vez hay más oferta y más interés en conocer sobre vinos. Esta es una marca que no puede faltar en Paraguay, no es un vino chileno más, te das cuenta la elegancia que hay detrás al probarlo; que tiene el sello de prestigio y calidad de Lafite. Para nosotros es un orgullo que esté en Paraguay”, finalizó Urrutia. 

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