Por Rubén Darío Lugo

Cuando se combinan los servicios de un restaurante, una bodega y un bar de vinos, los amantes de esta maravillosa bebida fermentada tienen motivos suficientes como para emocionarse. En esa idea pensó Jean-PhilippeBierre, y le imprimió manos a la obra para concretar Vinothèque La Parisienne, que anoche abrió sus puertas oficialmente.

Ubicada en la esquina de Lillo y Malutin, La Parisienne Bistró es un protagonista de la movida gastronómica local desde hace años. Fue fundado por el propio Bierre y su esposa Bettina, y juntos dieron vida a una propuesta gastronómica que hace claramente hincapié en todo lo que hace a la culinaria francesa.

Pero como todo evoluciona, ahora el restaurante posee su propia vinoteca, que tiene una ventajosa operatoria, pensada fundamentalmente en los comensales y wine lovers.

¿Cuál es el concepto que envuelve a este espacio renovado? “Al hablar con un amigo y analizar las opciones, teniendo el conocimiento en bebidas (vinos y whiskys), pensé que podría completar la oferta del restaurante con la de una bodega y un bar de vinos”, comienza el relato Jean-Philippe.

A la bodega, entonces, se le suma el dispenser, es decir un espacio donde habrá vino por copa (igual que un wine bar), además del restaurante que está abierto de lunes a lunes. “De domingo a miércoles, la atención será de 7 a 23 horas; y de jueves a sábado, de 7 de la mañana hasta la medianoche”, especifica.

Desde anoche está disponible al público toda la batería de propuestas que Jean-Philippe pretende ofrecer al público amante del vino y otras bebidas. En el restaurante habrá, como siempre, servicio de desayuno, almuerzo con menú ejecutivo para el mediodía, además de las mismas propuestas que ya se conocen.



La novedad es que, al ingresar a la bodega, el cliente contará con la magnífica oportunidad de consumir un vino o comprarlo y llevarlo, con el debido acompañamiento en asesoría del propio referente, quien sugerirá la etiqueta en función con el maridaje que el consumidor querrá cumplir.

Otro detalle importante es que el cliente, si compra los vinos para llevar, podrá acceder a las etiquetas a precio de supermercado. Y si desea consumir el vino en el local al precio se le agrega solamente un valor de G. 30.000 a modo de descorche.

A la hora de mencionar qué líneas vineras tiene el local, por supuesto que aparecen las etiquetas francesas, varias de muy alta gama (vinos tranquilos y Champagne), así como importantes referentes de España, Italia, Argentina y Chile, entre muchas otras regiones vitivinícolas del mundo.

Jean-Philippe apunta que cuando un cliente acude a un restaurante o bodega, no siempre encuentra un buen servicio ni existen muchos vendedores que conozcan el producto. “Por eso es que quería cambiar el concepto y darle un servicio personalizado al consumidor, mediante lo cual le pueda aconsejar a la gente sobre la bebida”, agrega.

En breve, el esquema comercial también estará incorporando delivery, con lo que el público podrá llamar y solicitar su bebida predilecta, para que se le lleve adonde guste.

Para más informes y reservas, los interesados pueden llamar al 021 602901



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