Por Luis Fioretti

La curiosidad nos lleva a saber cosas insólitas. Verán, ahora me entero que las virtudes de la vid pueden aportar beneficios ¡a mi leche chocolatada de cada tarde!
Ok, acepto que esta es una conclusión muy subjetiva para basarme en una investigación realizada en Australia y comentada en Wine Spectator. Además, la misma no llega a semejantes posiciones; pero señala que incluir el orujo de las vides en la alimentación de vacas lecheras tiene por resultado un notable incremento en la calidad de su leche y otras cosas más…
La investigación es el resultado de un experimento realizado durante 37 días, a lo largo de los cuales se agregaron a la dieta  vacuna normal, 11 libras de orujo. El mismo, que no es otra cosa que el resto de la uva usada para la vinificación, habitualmente reutilizado para hacer aguardiente de uva, compost (abono orgánico) o simplemente arrojado a la basura, conserva el aroma y el sabor del vino, con sus propiedades por supuesto, cosa que agrada mucho al animalito rumiante, señala la fuente.
Así, tras comparar el producto de estas vacas catadoras con la de vacas abstemias, si vale decirlo así, se encontró que las primeras dieron 5% más de leche, resultando también superior en antioxidantes y ácidos grasos.

Contaminación vacuna
Finalmente no quiero dejar de mencionar, entre las “otras cosas más” que señaladas al principio de este texto, algo muy curioso para mí: resulta que anualmente una vaca produce tanto gas de efecto invernadero como un automóvil, debido a sus cuatro estómagos, que claro entenderán, producen mucha flatulencia. ¡No es broma! Bien, esta dieta ¡¡también ayuda al medio ambiente!!
Otro resultado arrojado por el estudio es que las vaquitas tan deliciosamente alimentadas redujeron un 20% su aporte personal al calentamiento global. Sin dudas, la ciencia avanza en todos los campos.