Por Florencia Parodi

Pertenece a la cuarta generación de viticultores de la prestigiosa y reconocida familia Catena. Es doctora en Medicina, escritora y embajadora de la vitivinicultura argentina. Luego de recibirse con honores de Harvard y de recibir su título de doctora en medicina de la Universidad de Stanford, en el año 1995 decidió unirse a la bodega familiar y fundó el Catena InstituteofWine, con el propósito de crear vinos que pudieran competir con los grandes del mundo, a través de la investigación y la comprensión profunda del terruño. 

Dividiendo su tiempo entre Estados Unidos, Mendoza y el resto del mundo, Laura Catena no pierde de vista ningún detalle. Su pasión por la investigación, su necesidad de ayudar a las personas y su amor por el vino, la han convertido en una figura clave no solo para Catena Zapata, sino para la industria misma del vino argentino. 

PublicidadHoy es directora general de la bodega argentina y fundadora y creadora, junto al enólogo Luis Reginato, de Luca, un proyecto que nace de su “obsesión por las viñas viejas” y que ha logrado formar una relación única, colaborativa y honesta con pequeños productores de uvas. 

LUCA WINES, UN PRIMER HIJO. Nace en el año 1997, cuando Laura sintió la necesidad de unir lo que sabía, a lo que el suelo argentino y su historia tenían para contarle.Por aquel entonces conoció a un productor de uvas de viñedos de más de 80 años y entre mates y conversaciones, descubrió que vendía sus uvas a granel. Fue en ese momento en el que decidió honrar esta historia haciendo vinos de alta gama, revalorizando el trabajo de estos productores y la calidad de sus uvas. 

En el año 1999 salió al mercado la primera añada de Luca, nombre elegido en homenaje a su primer hijo, que en ese momento era un recién nacido como el vino. Hoy, la bodega deleita al mercado con vinos elaborados con Chardonnay, PinotNoir, Syrah, Malbec, Cabernet Sauvignon y Cabernet Franc. Todos con uvas de productores pequeños, que ya se han convertido en familia. 

Laura define sus creaciones como: “Vinos que se hacen con mucho amor. Vinos de lugar. Vinos auténticos y artesanales”.

Publicidad- ¿Cómo y en qué aspectos ha crecido Luca desde sus inicios hasta hoy? 
- La inspiración para Luca fue de trabajar con pequeños productores y de encontrar viñas viejas y preservarlas. Al principio fue un poco difícil convencer a los productores de que nuestra propuesta era muy seria. Hoy, trabajamos con familias y ya estamos en algunos casos trabajando con la segunda generación. Hemos prevenido el arranque de muchas viejas viñas y nuestros productores hacen todo por cultivar lo mejor en sus viñedos. También me gusta encontrar joyas escondidas, como el Syrah de Laborde, que tiene plantas de origen francés antiquísimas (de más de 50 años) y el Pinot Noir de Luca que viene de un viñedo de mi familia en Gualtallary.  Nuestro primer PinotNoir de Luca lo hicimos en el 1999 cuando nadie hablaba de PinotNoir en Argentina. 

- Esta apuesta por pequeños productores ¿Ha inspirado a otras bodegas?
- Sí, definitivamente. En Mendoza el 50% de los viñedos pertenecen a productores que tienen menos de 5 hectáreas (esto es muy diferente de Chile, donde la mayoría de los viñedos y propietarios son grandes). Hoy algunos pequeños productores producen sus propios vinos y otros venden sus mejores uvas a buen precio.  

Publicidad- En estos viejos viñedos, ¿hay diversidad genética?
- Argentina estuvo aislada del mundo por muchos años y eso implicó que no se importara material genético prácticamente por 100 años. Quiere decir que los viñedos viejos de Argentina tienen una inmensa diversidad genética. Para Luca usamos viñedos de mi familia, pero también otros viñedos antiguos con mucha diversidad genética. Uno de nuestros proyectos en el Catena Institute of Wine es el de preservar cientos de plantas de Malbec, todas diferentes genéticamente, provenientes de múltiples viñedos mendocinos.  

- ¿Cómo definís el concepto de terroir y cómo lo ves en el nuevo mundo?
- El terroir, que es el gusto particular de un lugar e inclusive una parcela, es un concepto francés. Sin embargo, hay gusto de terroir en todo el mundo, y particularmente en el Valle de Uco en Mendoza, donde hay mucha diferencia de suelos y de climas por la diversidad de altitudes

- ¿Creés que este concepto de terroir irá permeando en los nuevos consumidores?
- Restaurant es una palabra francesa que hoy se usa en todo el mundo. Creo que va a pasar lo mismo con terroir porque es una palabra que no puede dejar de conocer un amante del vino que quiere ampliar su paladar y profundizarlo.  

- Cuando salieron al mercado, ¿pensaban en la repercusión a nivel internacional?
- No, la verdad es que yo empecé Luca con una obsesión por las viñas viejas y por el afán de vinificar viñedos únicos. Hoy, aunque hemos tenido bastante éxito, seguimos funcionando como una pequeña familia.  

- ¿Cuál es el norte para Luca Wines? ¿Hacia dónde y cómo proyectan su crecimiento?
- Usamos la frase “Making History” que para nosotros significa preservar lo histórico (como las selecciones masales de Malbec) y hacer algo importante hoy, que luego se convertirá en historia. Mi sueño es que los vinos de hoy, los disfruten las madres y los padres con sus nietos y ellos con sus nietos.  El vino captura la historia de la humanidad en cada botella.  

- ¿Cómo ves el mercado paraguayo? 
- Hoy yo siento que Sudamérica es como una especie de Union Europea Latina. Lo que pasa en un país repercute en el resto del continente. Me siento muy cercana al resto de Sudamérica, y adoro y admiro la cultura familiera y trabajadora de los paraguayos.