Es día de fiesta en tu casa. Te esmeraste: invertiste mucho tiempo y esfuerzo en lograr que la decoración sea de buen gusto, que mantelería y vajilla estén ubicadas del modo correcto y que tanto la iluminación como la música sean sobrias. Pero, ¿qué recaudos pensás tomar con respecto al vino?

Seguro que no querrás que todo tu esfuerzo quede empañado por no prever ciertos detalles de buen gusto y educación. Entonces, para que tu evento se destaque, acá van 10 tips vineros que te ayudarán a lograr que absolutamente todo esté correcto cuando el vino llegue a las copas.

1. El vino debe ser catado antes del servicio
El  motivo es muy simple: no queremos que nuestros invitados detecten defectos e imperfecciones en la etiqueta elegida. La operación debe ser repetida ante cada botella que se abra.

2. El anfitrión es protagonista
Le guste o no, corresponde que el dueño de casa o quien cumpla el rol de anfitrión se encargue de servir el vino, siempre y cuando no haya personal contratado para tal fin.

3. El servicio será antes de que lleguen los platos
El vino debe ser servido antes que los platos. ¿Por qué? Para que éste vaya oxigenándose y de este modo pueda expresar lo mejor de sí.

4. La botella se agarra con una mano
La botella debe ser sujetada por su parte inferior, con una sola mano. Es importante evitar introducir el dedo gordo en la base de la botella, donde habitualmente los vinos de calidad o espumantes poseen huecos. Si la botella se ha quitado de una champañera, cubrirla con un paño blanco y limpio para no gotear a las personas a quienes se sirve.

5. Orden de servicio y ubicación
Aunque actualmente todavía hay muchos que sirven primero a las mujeres y luego a los varones, según los gurús emergentes del protocolo lo correcto es servir de izquierda a derecha, en el sentido de las agujar del reloj. Por otro lado, quien sirve el vino debe situarse detrás y a la derecha del comensal, evitando cualquier molestia. Este principio no aplica durante el servicio en restaurante. 

6. Cuidado con la cantidad
Al momento de servicio debemos tener en cuenta que lo correcto es evitar que el cuello de la botella toque la copa. Además, no hay que pasarse con la cantidad servida: la tercera parte de la copa o menos para los vinos blancos y tintos; la copa de espumante debe llenarse hasta las tres cuartas partes de su capacidad, siempre teniendo cuidado de no derramar contenido debido al penacho que forma las espuma.

7. La última gotita
Lo ideal es utilizar un implemento conocido como “cortagotas”. Si no se cuenta con uno, lo ideal es servir y, antes de retirar la botella, girarla levemente para evitar que esa inoportuna última gota caiga y manche al mantel o al invitado.

8. Mucha atención para que el vino no falte
El anfitrión en todo momento deberá estar atento: las copas no deben quedar vacías y las nuevas botellas deben ir abriéndose en la medida que sea necesario.

9. Si es preciso, decantar
Hay vinos que por sus características deben decantarse: aquellos de cosechas antiguas, así como los que han tenido mucho tiempo de guarda en madera y estiba en botella. El decantador debe sujetarse por el cuello, prestando también atención para evitar el problema de “la última gotita”.

10. Nada de ruidos molestos
Si bien el descorche ruidoso de un espumante puede ser bien visto en momentos festivos, durante una cena lo conveniente es evitar esos sonidos. Por ende es importante prestar mucha atención a la operación e ir quitando el corcho muy lenta y controladamente para evitar el ruido, que el tapón vuele y que la espuma chorree.

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(N. de la R.) El presente artículo fue publicado en la edición #26 de la revista HC Gourmet (julio de 2017).

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