Una vez más, el hecho de navegar por internet con curiosidad nos puso frente a un material más que interesante. Ahora, mirando los contenidos de la “Wine Magazine” que Viña Concha y Toro edita en su sitio web oficial nos topamos con una muy interesante explicación sobre la importancia del corcho para el vino. Por considerarlo de interés para nuestros lectores, reproducimos el texto íntegramente a continuación.

"Efectivamente, el corcho es, en realidad, el recubrimiento exterior del alcornoque. Esta especie crece especialmente en España, Portugal y Francia, puede vivir hasta 200 años y es cosechada cada nueve años.

"Una de las primeras ventajas del corcho es que su fabricación es amigable con el medio ambiente, ya que, para obtenerlo, no hay que cortar el árbol, sólo se separa su corteza.

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"Como tapón tiene características inmejorables para el vino. Si se mira al microscopio, se aprecia que está formado por una red de millones de celdas.

"Las paredes de cada celda están formadas por una sustancia orgánica llamada suberina, procedente de la transformación de la celulosa, que se caracteriza por su impermeabilidad y elasticidad. A su vez, en el interior de cada celda hay gas, lo que permite que el corcho flote.

TRASPASO DE OXÍGENO. "Gracias al corcho, el vino recibe pequeñas cantidades de oxígeno que le permiten evolucionar en el tiempo. Esto se produce gracias a dos elementos: la porosidad natural del corcho y los pequeños espacios que quedan entre las paredes de la botella y del corcho y que están dados por las lenticelas. Éstas son las pequeñas irregularidades que se pueden apreciar a simple vista. Son orificios a través de los cuales pasa el oxígeno desde el exterior al interior del árbol.

"Para el efecto de tapón del corcho, las lenticelas son muy importantes. A mayor cantidad de estos orificios, menor es la duración del corcho y menor será el tiempo que mantenga su impermeabilidad.

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"Por esto, no hay corchos malos, si no corchos poco adecuados al tiempo de guarda de un vino. Para vinos premium, los corchos deberán ser largos, lo más lisos posibles y sin lenticelas; para vinos de guarda corta se mantienen perfectamente con corchos con más lenticelas.

"También existen los corchos aglomerados, que son aquellos formados por pequeñas porciones de corchos unidas entre sí. Son útiles para vinos de consumo inmediato.

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"Lo único en que no pensó el creador del corcho fue en el temido TCA, 2,4,6-Trichloroanisol, una sustancia química que entrega sabor a humedad y el temido vino acorchado. Éste se genera por la acción de ciertos hongos.

"Sin embargo, su incidencia es baja, de alrededor de un 1,3% según un estudio de la Wine and Spirits Association realizado en el Reino Unido".

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