Por Alejandro Sciscioli

Según lo prometido, cumplimos con realizar la tercera y última entrega de la crónica en la cual narramos todos los detalles de lo vivido y lo bebido durante nuestro reciente viaje a California, bautizado con el nombre de Wine Lovers Tour Napa Valley 2016, organizado conjuntamente por este portal e In Vino Veritas Club Privado.

En la primera entrega (Así inició el Wine Lovers Tour Napa Valley 2016) se resumió lo acontecido del 20 al 22 de marzo, en la segunda (Una noche en The French Laundry) el foco estuvo centrado en la cena que mantuvimos en el famoso restaurante del chef Thomas Keller y en la tercera (Así continuó el Wine Lovers Tour Napa Valley 2016) lo escrito estuvo enfocado en los paseos entre viñas de los días 23 y 24 marzo.

A continuación procedo a describir el epílogo del viaje: entre los días 25 y 26 de marzo tuvimos una agenda un poco menos apretada que los días previos, pero igualmente los vinos que conocimos estuvieron todos a la altura de lo esperado, y más.



Para la visita al CHATEAU ST. JEAN tuvimos que realizar un muy interesante recorrido entre montañas, para movilizarnos desde la ciudad de Calistoga (en Napa Valley) hasta Sonoma Valley. Era una mañana soleada y algo fresca, lo que sin dudas invitaba a catar.

Y no salimos decepcionados. Primeramente degustamos el ligero Chateau St. Jean Single Vineyard Robert Young 2013 Pinot Blanc; luego le llegó el turno al muy fresco Chateau St. Jean Single Vineyard Lyon 2013 Fumé Blanc, diferente y complejo debido a su crianza de 7 meses en madera; y en tercer lugar se sirvió Chateau St. Jean Le Seul 2013 Sonoma Coast Chardonnay, con 18 meses de crianza en barrica.

El primer tinto fue el Cinq Cépages 2012, elaborado con las 5 cepas nobles de Burdeos: Cabernet Sauvignon, Merlot, Cabernet Franc, Malbec y Petit Verdot, un golazo hecho vino; luego, nos enamoramos del Eighty-Five Fifty-Five 2012 (hecho con Petit Verdot, Merlot, Cabernet Franc, Malbec y Syrah), que hace referencia a la dirección que la bodega tiene en Sonoma; en tercer término llegó el Reserve Malbec 2012 (con 28 meses de crianza en roble) y, en el cuarto, Reserve Cabernet Sauvignon 2012 (con idéntica cantidad de tiempo en madera).

En verdad, un excelente modo de seguir viviendo y bebiendo a Napa.

El resto del día fue aprovechado para, primero, almorzar en una adorable trattoria italiana llamada Café Citti, atendida por sus propios dueños, donde comimos unas pastas memorables. De hecho, vale destacar que este sitio tiene muy buenas reseñas en TripAdvisor. Y luego, aprovechando el tiempo disponible, las compras estuvieron a la orden del día (o más bien de la tarde). ¿La cena? En Calistoga, a metros del hotel, nos conquistó Brannan’s, donde degustamos exitosamente varias delicias locales, incluyendo Inniskillin, un icewine de Cabernet Franc proveniente de la zona de Niagara.



Al día siguiente, el último de nuestro recorrido, dos visitas debíamos realizar antes de salir corriendo al aeropuerto de San Francisco para alcanzar el vuelo de retorno.

Comenzamos la despedida a puras burbujas en DOMAINE CHANDON, en Yountville, donde fuimos atendidos a cuerpo de rey. Nuestro guía fue Jeffrey, un antiguo funcionario de la bodega encargado de atención al público.

Esta bodega es la pata que la famosa casa champañera francesa Möet posee en los EEUU, trabajando con toda la tradición de Champagne: todos los espumantes de Domaine Chandon se elaboran mediante el método tradicional Champenoise y las cepas utilizadas son las famosas Chardonnay, Pinot Noir y Pinot Meunier. Un detalle interesante es que, tras la segunda fermentación, los espumantes quedan sobre lías hasta 7 años, dependiendo del producto final que se desee sacar al mercado. Cultivan además Zinfandel y Moscato solo para algunos vinos puntuales.

Vale destacar que el día de nuestra visita era sábado, por lo que el lugar rebosaba de gente y el clima, como corresponde, era extremadamente festivo. Aún así, Jeffrey nos atendió exclusivamente y nos hizo recorrer lugares a los cuales el grueso del público no accedía.

Finalmente, en los jardines se produjo la esperada cata. El orden de servicio fue el siguiente: Brut Classic (60% Chardonnay, más Pinot Noir y Pinot Meunier), Blanc de Noirs (Pinot Noir y Pinot Meunier), Rosé (Chardonnay y Pinot Noir vinificado en blanco y tinto), Extra Dry Riche (Chardonnay, Pinot Noir vinificado en blanco y Moscato), Étoile Brut (Chardonnay, Pinot Noir y Pinot Meunier) y Étoile Rosé Brut (Chardonnay y Pinot Noir vinificado en blanco y tinto), entre los espumantes.

Luego llegaron tres vinos tranquilos: el blanco Domaine Chandon Carneros Chardonnay 2013 y los tintos Domaine Chandon Carneros Pinot Meunier 2013 y Domaine Chandon Carneros Ramal Road Vineyard Pinot Noir 2013. Finalmente, la casa nos invitó un almuerzo pantagruélico que incluyó un picoteo muy abundante, sándwiches de tipo gourmet y un delicioso surtido de ostras. Repetimos en las copas la mayoría de los espumantes catados y hasta nos dimos el gusto de probar un espumante tinto de Zinfandel, denominado Sparkling Red.



Con la panza llena y el corazón contento, raudamente partimos a la última viña de este viaje, NEWTON, una bodega boutique ubicada en la parte oeste de St. Helena, en una zona denominada Spring Mountain, que separa a Napa de Sonoma. Es decir que para llegar allí es preciso recorrer caminos montañosos y, una vez en la propiedad, subir un serpenteante y angosto camino hasta llegar a la bodega.

Nuestro anfitrión fue Justin, quien tras hacernos descansar un rato en una terraza con una muy bella vista panorámica y ofrecernos en degustación el muy fresco Newton Unfiltered Chardonnay 2013, nos llevó a recorrer las pequeñas aunque coquetas instalaciones.

En la degustación se nos unió un simpático grupo de Chicago, con quienes terminamos ¡hablando en italiano! A las copas llegaron: Newton Unfiltered Chardonnay 2010, Newton Unfiltered Merlot 2012, Newton Unfiltered Cabernet Sauvignon 2013 y Newton The Puzzle Cabernet Sauvignon 2013 que, sin dudas, fue el vino más aplaudido por todos.

Ya quedaba poco tiempo. Por fortuna habíamos sido previsores y el check out del hotel se había realizado por la mañana y nos movilizamos durante todo el día con las maletas en la van conducida por el abnegado Diosnel. El retorno fue lento, aunque llegamos al aeropuerto de San Francisco con tiempo más que suficiente.

Este fue sin dudas un viaje intenso para todos. Pero en mi caso debía mantenerme con todos los sentidos en alerta, ya que al aterrizar en Asunción poco tiempo tenía: debía ducharme, afeitarme, cambiar de maleta y volver al aeropuerto para inmediatamente embarcar a Mendoza y asistir al gran evento de inauguración de la nueva bodega de Familia Zuccardi (ver acá la crónica publicada en Parawine). De ese viaje aún me quedan dos artículos por publicar, aunque claro, ese ya es otro tema.

Solo queda decir: gracias a quienes se animaron a ser parte del grupo viajero, gracias a Ricardo Fazzio y su club In Vino Veritas, y especialmente gracias a Diosnel Herrrnsdorf y a su esposa Karin Bogda, por el trabajo profesional realizado a través de su agencia Fast Track Travel y, muy especialmente, por la paciencia demostrada en todo momento.

¡Hasta el próximo Wine Lovers Tour!

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Leé también:

- Así inició el Wine Lovers Tour Napa Valley 2016

- Una noche en The French Laundry

- Así continuó el Wine Lovers Tour Napa Valley 2016