Por Alejandro Sciscioli

El pasado 5 de junio, unas trescientas personas colmaron el centro de eventos Talleyrand Costanera y participaron de un divertido juego, bautizado con el nombre de “El secreto del vino”, dirigido por el sommelier argentino Raymundo Ferraris.
El mismo consistió en la degustación de cinco vinos, presentados en cinco islas, al mejor estilo de las exposiciones y muestras temáticas. Posteriormente, esas mismas etiquetas se cataron a ciegas y cada asistente debía adivinar los nombres de los vinos catados.
Finalmente, una cena maridaje coronó el encuentro.
Primero, degusté un Navarro Correas Selección de Parcelas Malbec 2009, un vino que tuve la suerte de probar no hace mucho, en la propia bodega, en Mendoza. Con 12 meses de crianza en madera, presenta un excelente color rojo rubí, mucha fruta y especias en nariz, mientras que en boca se destacan sus notas avainilladas, picantes y chocolatosas, más uno taninos amables y dulzones. Explicaba las características del vino en este sector la experta y empresaria Mariela Gavilán.
Luego fui a visitar a Carlos Daumas, quien estaba encargado de hablar del inconfundible Ventisquero Grey Carmere, cosecha 2009. Uno de los mejores vinos de esta cepa en el mercado local en cuanto a la relación entre precio y calidad. Inconfundiblemente chileno. Color rojo profundo y brillante. Nariz explosiva: complejo, con mucha fruta madura, notas a café, locote rojo y un toque herbáceo. En boca entra muy bien, con una rica acidez y un buen equilibrio.
En tercer término visité al “amici” Ricardo Grassi, a cargo de presentar Mora Negra 2007, un ensamblaje de 70% Malbec y 30% Bonarda. ¿El resultado? Un vino típicamente argentino: complejo, con notas a fruta cocida, especias y un delicado toque a uva pasa. En boca se distingue por su gran carácter, con taninos presentes (pero que no molestan), buena estructura, notas especiadas, rica acidez y placentero final.
Luego, de la mano de Carlos Ruibal, ejecutivo de Edesa, probé el siempre excelente Don Maximiano, ícono de Errázuriz, cosecha 2010, de la cepa Cabernet Sauvignon. Me encontré con un vino de un color que sorprende, no tan profundo, y que en nariz delata ser chileno: tiene un gran carácter, con mucha fruta cocida, gran complejidad, una sorprendente nota animal (similar a la del Malbec) y un toque a morrones rojos y tomate asado. En boca entra muy bien, tiene una muy buena estructura y excelente acidez, también es picantito, con alguna nota mineral y taninos presentes.
Finalmente, Doreen Díaz, también de Edesa, fue la responsable de presentar y servir Trapiche Manos, cosecha 2004, ícono de la bodega argentina, elaborado íntegramente de Malbec. En nariz presenta mucha fruta cocida y una leve nota a uva pasa, complejo, algo alcohólico. Boca: redondo, sedoso, picante, buena estructura, buena acidez, nota herbácea, muy rico, de largo y agradable final en boca. Un gran vino ideal para coronar esas ocasiones especiales que todos, en algún momento, nos toca vivir.
Cuando llegó el momento del segundo paso, la cata a ciegas, el ejercicio de descubrir qué vinos habíamos probado previamente no fue tan sencillo como podría parecer en principio. Este servidor acertó tres de cinco… Sin embargo, fue notorio el modo en que el público aceptó el desafío y se divirtió a lo grande.
La cena resultó excelente, con grandes platos y excelentes maridajes, todos organizados por Ferraris. Finalmente, con una serie de sorteos de muy buenas etiquetas se coronó el evento.
Los organizadores prometieron muy pronto una segunda edición de “El secreto del vino”. Y nosotros, ansiosos, esperamos poder asistir y contar de qué se trata.