Por Luis Fioretti

Cuando los amantes del vino han iniciado el camino sin retorno de la degustación y de la búsqueda constante de nuevas etiquetas y sabores, toda oportunidad de tomar contacto con los ejecutivos de las bodegas que elaboran la bebida de su afecto tiene una gran importancia.
Y más aún si esa persona es un ejecutivo que se encarga de atender el mercado donde uno realiza sus propias compras.
Por ello, fue toda una fiesta conocer a Francisco Nuñez, quien recientemente asumió la representación como "Área Manager Latinoamérica" de la Viña Errázuriz y fue presentado al público local con una cena maridaje realizada en el restaurante Mburicao, de la cual también participamos.
Francisco reemplaza al querido Klaus Schroeder, un muy agradable personaje que atendió nuestro país los últimos tres años como representante de la viña, y ahora parte rumbo al desafío de un proyecto vitivinícola familiar.
Francisco es el encargado para los mercados de Brasil, Uruguay y Paraguay, "y probablemente  atienda algunos de Centroamérica y el Caribe", cuenta, pero su foco está en nuestra área. De hecho, "para Errázuriz, Paraguay fue el primer mercado de exportación, en 1986. Luego se cortó y volvimos en el 2009 de la mano de Edesa", ya para quedarse sin dudas.
El ejecutivo llegó para conocer a los agentes locales, “las personas que hacen nuestro trabajo acá”. Por ello, el evento realizado fue muy importante para Errázuriz, dando cita a las 50 personas que considera, a través de Edesa, su representante oficial, como más importantes, entre clientes, conocedores y creadores de opinión locales, es decir “quienes mueven la cosa”,  afirma Francisco.
Si bien generalmente Errázuriz gusta hacer presentaciones "con power point y esas cosas", en esta ocasión, dada la importancia del evento, la presentación tomó el rumbo de la degustación de 4 vinos.
Primeramente, un Single Vinyard Sauvignon Blanc Aconcagua Costa, acompañado exquisitamente por una copa fría de cebiche de surubí; a este le siguió un Max Reserva Carmenere, oriundo del valle de Aconcagua, en pareja con un Risotto de hongos y champignones frescos con un toque de aceite de trufas; la cena estuvo coronada con un Don Maximiano Founders Reserve 2007 , uno de los íconos de la compañía, cuyo par gastronómico fue un delicioso plato de medallones de lomito a la pimienta negra, en salsa de pimienta verde, morrones grillados, papas fritas a la inglesa y puré de remolachas. Y después, como digno toque final a una estupenda velada, el dulce Late Harvest Sauvignon Blanc junto a un mil hojas de manzana con helado.
Durante la oportunidad, Francisco nos contó que Viña Errázuriz fue fundada en 1870, en el valle de Aconcagua, 100 kilómetros al norte de Santiago. Don Maximiano Errázuriz, cuyo nombre lleva el vino ícono de la viña, fue el fundador de esta y todo un pionero.
Por entonces, poseía inversiones en el norte del país, motivo por el cual visitaba esta región que por esos tiempos para nada era considerada para la vitivinicultura, aunque pensó que podía ser muy interesante para ella. Esos años veían establecerse a las grandes viñas chilenas que hoy conocemos, pero todas al sur de Santiago. "Imagínense, en 1870 la movilidad era a pie o a caballo, y viajar 100 kilómetros era mucho, especialmente a aquella zona".
Así, Don Maximiano dio con este valle y observó su potencial, gracias a sus conocimientos  del vino logrados en Francia, país de donde comenzó a traer clones para esta región chilena.

ERRÁZURIZ 140 AÑOS DESPUÉS. Hoy la viña cuenta con 7 "Maxs”, como llama a cada uno de los terrenos donde cultiva, ubicados en la región centro del valle de Aconcagua. En esos años del 1870 "Max I", situado en la ciudad de Panquehue, llegó incluso por un tiempo a ser la viña más grande de chile.
En un inicio, el enfoque era el mercado interno. Tras un largo período de esplendor general de la vitivinicultura, esta se ve algo atascada por los bloqueos impuestos a Chile durante el régimen de Pinochet. Para mediados de la década de 1980 la situación cambia y muchas viñas comienzan a exportar. En el caso de Errázuriz, de la mano de Alfonzo Chadwick y su hijo Eduardo, actual presidente de la compañía, quienes empezaron a actuar e impulsar el renacer de la industria chilena del vino.
Es así como estos viajan a Francia a tomar conocimiento, tal como Don Maximiano, y a buscar tecnología y formarse, del mismo modo que muchos de los enólogos chilenos de hoy. Fue un resurgir de la industria chilena entonces, y es en esos años cuando Errázuriz logra tomar una posición muy importante, liderando esta “premiunización” de la industria chilena.
Así, uno de los vinos que tenemos en nuestro mercado es uno de los más antiguos de Chile, cuya primera producción fue en 1983, el Don Maximiano Founders Reserve.

TERROIR. Con el tiempo, Errázuriz ha querido tomar el valle de Aconcagua. Tras un largo proyecto inicia su nueva finca en Aconcagua Costa, ubicada a solo 12 kilómetros del mar. Gracias a los vientos fríos que vienen desde la corriente marina de Humboldt, que penetra a través del valle del río Aconcagua en toda su extensión, y a la corriente fría de aire proveniente del monte Aconcagua, el más alto de toda América, surge un microclima frío, a pesar de estar tan al norte de Santiago de Chile, “que le da una acidez y elegancia únicas al vino”.
“En Aconcagua Costa, incluso, podemos hablar de mineralidad. El Sauvigon Blanc chileno frecuentemente es de fuerte percepción en nariz, que no es acompañada en boca, mientras que en el Sauvignon Blanc de Aconcagua costa sí encontramos ambas cualidades”, explica Francisco.
En esta zona, “hoy se logran quizás los vinos más excitantes de la compañía, a pesar de ser cultivos jóvenes, plantados en 2005, logrando la primera cosecha en 2008, con un total de tres cosechas al día de hoy. Creemos que esto tiene un enorme potencial. Allí logramos excelentes Sauvignon Blanc y Chardonnay".