La primera botella de la reserva especial Janet Sheed Roberts de Glenfiddich, uno de los whiskies más raros jamás destilado por la marca, impuso un record el pasado 14 de diciembre como la botella más cara vendida en una subasta al alcanzar los 76.370 dólares estadounidenses (una 46.850 libras esterlinas)
Solo 11 botellas de este sinlge malt Scotch whisky de 55 años serán presentadas al público en honor a Janet Sheed Roberts, la nieta de William Grant, fundador de la destilería Glenfiddich. La Sra. Roberts celebró su cumpleaños 110 en Agosto del 2011 y es la persona de mayor edad en Escocia.
La prestigiosa subasta de whiskys realizada en Bonhams en Edimburgo, llamó la atención alrededor del mundo al lograr el precio final de US$ 76.370, rompiendo el récord mundial de la botella más cara de single malt Scotch whisky vendida en una subasta. El record anterior era de 29.400 libras esterlinas (unos 47.920 dólares estadounidenses).
Todas las ganancias de esta subasta fueron donadas a la fundación internacional “WaterAid” (Ayuda al Agua). Siendo la única destilería que utiliza una sola fuente de agua (el manantial Robbie Dhu) durante su proceso de destilación, Glenfiddich se unió a una entidad benéfica que busca asegurar que todos tengan acceso libre a agua segura y limpia.
La reserve Janet Sheed Roberts de Glenfiddich es un excepcional single malt Scotch whisky de 55 años de maduración, con un empaque inspirado en algunos de los artículos personales de Janet Roberts, y cuidadosamente diseñado por algunos de los artesanos y artistas más reconocidos del Reino Unido: Brodie Nairn de Glasstorm (creó la botella soplada a mano), Fattorini grabó individualmente cada tapa de la botella con las iniciales de Janet Roberts en oro sobre un medallón Cloisonné y Geoffrey Parker Games fabricó la lujosa caja de cuero donde viene la botella.
Además, Alison Watt OBE, quien en el 2006 fue nombrada Artista Asociada a la National Gallery en Londres y participó en el programa de Glenfiddich de “El artista residente”, ha pintado una obra exclusiva conmemorando este tan especial aniversario. Una edición hecha a mano y firmada por la artista acompaña cada botella.
Este single malt de 55 años tiene un color oro pálido, un tono a cebada de otoño. Al aroma es leve y delicado, se percibe flor de naranja y delicadas notas de violetas que se mezclan con almendras tostadas y leves toques de humo. Una combinación perfecta entre los aromas afrutados y florales con un sorprendente leve toque a roble, algo increíble para un whisky que ha pasado tanto tiempo en barrica de roble europeo.
Al paladar se detecta una vainilla cremosa y un ahumado suave que se compensa muy bien con notas dulces a roble. Inmediatamente después de probarlo, el final es levemente seco pero que crece a ser más prolongado, dulce y fresco.