Por Luis Fioretti

Decero es una bodega Argentina muy particular: es la única que ganó 3 veces la máxima categoría del Argentina Wine Awards (AWA), el más importante concurso de vinos en ese país. Con este mérito, ha llegado al nuestro para comercializar sus etiquetas, presentándolas durante la reciente Expo Vino 2014.

Para conocerla, nos acercamos al stand de su representante local, importadora y distribuidora Edesa, donde conocimos a Leandro Bastías, gerente de Exportaciones para América Latina de la Finca. Este mendocino con 15 años en el mundo vitivinícola y 1 en Decero, cuenta que llegan atraídos por las noticias sobre gran crecimiento del consumo de vinos premium en el Paraguay de los últimos años.

Siendo la primera vez de Leandro en una Expo Vino local, quedó asombrado por la curiosidad e interés del público. Le fue grato encontrar gente conocedora de las zonas vitivinícolas argentinas, adentrada en los detalles del vino, tales como variedades por provincias y valles, sus crianzas y demás. Le resultó gratificante encontrar gente "que se está poniendo al día".

LA FINCA. Nace como iniciativa de la familia suiza Schmidheiny, cuya tradición vitivinícola entre sus antepasados la llevó a adquirir bodegas en EEUU y Australia. Así decidieron también desembarcar en Argentina, pero con la diferencia de que mientras las otras bodegas eran proyectos ya existentes, Decero significó lograr su anhelo de iniciar una finca desde el principio, para obtener todo tal como querían iniciando un proyecto desde cero.

Se escogió Agrelo, dentro de Luján de Cuyo, provincia de Mendoza. Se definió que sería una bodega cuya filosofía sería la de producir vinos "Single Vinyard".

Nada había en Finca Decero cuando comienzan a plantar vides, allá por el año 2000. Para 2004 se inicia la construcción de la bodega, y entre este año y el siguiente se hacen las dos primeras vinificaciones experimentales, con grandes resultados. Tan buenos, que la primera vinificación oficial, ya en 2006, obtiene 94 puntos en la prestigiosa publicación estadounidense The Wine Advocate para su línea ícono, Decero Amano.

Lenadro también explicó que el concepto Single Vinyard se escogió desde el principio para expresar la calidad que puede dar el terruño de Finca Remolinos, su único espacio. "Pensamos sobre todo en el público conocedor". Ubicada 1.050 metros sobre el mar, posee clima frío acompañado de muy buena amplitud térmica,  que junto a sus 160 hectáreas de suelo franco arenoso y pedregoso, le otorgan gran acidez natural y elegancia a sus vinos.

Agrelo, prosigue el ejecutivo, es una zona reconocida mundialmente por sus muy buenos tintos, generando por ello la decisión empresarial de no plantar en Remolinos variedades blancas. Entonces, el portfolio de productos fue acotado desde el inicio, “pensando en producir poco, pero bien”.

Hoy generan 300.000 cajas anuales, de las que el 95% se exporta a los principales mercados mundiales, como EEUU, Inglaterra, Canadá y Suiza, entre muchos otros. En Latinoamérica están avanzando y ya están presentes en México, Colombia, Perú, Uruguay, Brasil y, ahora, Paraguay.

LAS LÍNEAS. De todo lo anterior surgen sus 5 etiquetas, todas ya presentes en Paraguay. Primero 3 denominadas "Single Vinyard": un Malbec, un Shiraz y un Cabernet Sauvignon. Cada cual busca expresar la tipicidad que cada cepa desarrolla en "Remolinos".

Obtenido de 8.000 kg por hectárea, este vino lleva 14 meses de madera francesa, 30% primer uso, el resto entre segundo y tercero, "porque nosotros usamos solo tres veces las barricas". La idea es que el roble acompañe y de complejidad a la fruta sin taparla, "sin ahogarla en madera".

Luego hay una etiqueta Petit Verdot 100%, llamada "Decero Mini Ediciones". La cepa se plantó al inicio para acompañar en el corte al ícono de la finca, pero se detectaron parcelas con tal calidad que ameritaba hacer un vino de ellas.

Su primera cosecha, 2006, obtuvo 93 puntos en The Wine Advocate. Fruto de unos 6.000 kg por hectárea, se guarda 16 meses en barricas francesas, 50% de primer uso, el resto segundo y tercer uso. Sale siempre en partidas limitadas, hoy unas 18.000 botellas.

Finalmente, el Icono, el mencionado "Decero Amano", un corte basado en Malbec, cuya proporción varía año a año. Su última etiqueta en el mercado va acompañado con 30% de Cabernet Sauvignon, 4% de Petit Verdot y 1% de Tannat.

Pasa unos 22 meses en barricas francesas, 100% de primer uso, tras ser obtenido de unos 4.000 kg de uva por hectárea. Sigue una guarda de 12 meses en botella. Un rasgo de su cosecha, compartida con las otras líneas, es que se realiza al final de temporada.

Y aquí recordamos aquí lo mencionado al inicio de la nota acerca de los tres premios recibidos en los AWA: fue en la máxima categoría, de blends tintos arriba de 50 dólares, donde se ven los íconos de las más importantes bodegas argentinas. Así, de las 8 ediciones del AWA, ¡el Amano se quedó con 3! Con las cosechas 2006, 2009 y 2011.