Por Daniel Fassardi

En este tiempo de emergencia sanitaria he tenido muy agradables sorpresas en la copa. Pude catar y disfrutar vinos que no conocía y que hasta no figuraban en mi radar. Todo, claro, en el marco de quedarme en casa, siendo responsable, y tratando de no volverme loco en el intento. 

Fue así que una de estas tardes perdidas recibí un mensaje de mi querida amiga LR, quien me comentaba que le habían regalado un par de botellas de un vino que le había encantado. Y sabiendo que soy un enamorado de los vinos tintos, decidió obsequiarme esa segunda botella.

Fue así que al rato el delivery llegó a mi departamento con la botella prometida, un ejemplar elaborado por la bodega argentina Doña Paula y correspondiente a la línea 1100. Por supuesto que puse el vino a enfriar para disfrutarlo en horario nocturno, mientras me dispuse a indagar un poco más sobre el vino.

El proyecto Doña Paula nace en 1997 y, como detalle significativo, vale destacar que el 100% de las uvas utilizadas para elaborar sus vinos provienen de viñedos propios. Los mismos están todos ubicados en el Mendoza, puntualmente en El Cepillo (Valle de Uco, departamento de San Carlos); Gualtallary y Cordón del Plata (Valle de Uco, departamento de Tupungato); y Ugarteche (Luján de Cuyo).

La línea 1100 es un ensamblaje que tiene mayormente Malbec (alrededor del 60%), más Syrah (30%) y Cabernet Sauvignon (10%). Todas las uvas con las cuales se elabora provienen de un viñedo llamado Finca Los Indios (ubicado en el Valle de Uco) a una altitud de 1100 msnm, de allí el nombre de la etiqueta. Tras el corte final tiene un añejamiento en barricas de roble francés, 20 % nuevas, durante 14 a 16 meses.

Entonces, ¿con qué me encontré en la copa? ¡Con un vino de veras atractivo que ya está entre mis favoritos del año! En nariz se percibe complejo, con muchos aromas frutales (en especial ciruelas) y florales (violeta y lavanda), más un punto de pimienta negra, mientras que el tiempo de guarda en roble aporta elegantes notas terciarias (tostados, ahumados y un ligero toque de cacao). En boca se percibe seco, de fresca acidez, taninos sedosos (pero presentes), muy buen cuerpo y estructura, más un largo y placentero final donde sobresalen las notas frutales. 

Si bien estoy intentando que mis noches sean de comidas más ligeras, en este caso decidí salirme de la dieta y pedir nuevamente el “Combo Picaña” de O Gaucho, un verdadero manjar que obviamente armonizó con el vino de manera perfecta.

Doña Paula 1100 tiene un precio de mercado en punto de venta de aproximadamente G. 210.000 (US$ 30), y si bien aún es difícil de conseguir en Asunción, vale la pena hacer el esfuerzo para dar con la etiqueta. El disfrute está garantizado.

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