Por Alejandro Sciscioli

Es muy lindo cuando desde el Viejo Mundo miran a esta parte del continente para desarrollar proyectos vitivinícolas, ya que los resultados no tienen la menor posibilidad de salir mal. Ejemplos hay muchos, aunque tal vez uno de los más significativos sea la joint venture que la francesa Baron Philippe de Rothschild desarrolla junto a Concha y Toro para lograr los enormes Almaviva, en Chile.

Sin embargo, hay un trabajo que la casa de vinos Baron Philippe de Rothschild desarrolla íntegramente por su cuenta, también en Chile, con la línea Escudo Rojo.

Y, precisamente, de esta marca degustamos cuatro vinos el pasado miércoles 16 de julio en una cata privada realizada en el restaurante Le Sommelier, junto Thibaut de Braquilanges, export Manager de la firma.

El ejecutivo se encargó primeramente de presentar la riquísima historia de Baron Philippe de Rothschild y, también, puntualizó todo lo que están desarrollando en Chile. No obstante, en este artículo me adentraré en descubrir lo encontrado en las copas y, en una segunda entrega, los detalles de una larga entrevista que mantuvimos con Thibaut a la mañana siguiente.

EN LE SOMMELIER. Puntualmente llegamos al restaurante comandado por el sommelier franco paraguayo Oliver Gayet para participar del encuentro, organizado por la importadora Mannah. ¿Qué degustamos? Lo detallo a continuación.

Escudo Rojo Chardonnay 2012. Producido con uvas del famoso Valle de Casablanca, este vino es elaborado en la bodega de Maipo, donde la casa posee su finca principal. La mitad del vino es criado barrica y la otra mitad en acero inoxidable, entre 6 y 8 meses. Verdaderamente me impresionó bien, de hecho más que cuando lo conocí. A la vista presenta su un color amarillo dorado con reflejos verdosos, en nariz es amable, frutado (durazno, lichi) y posee leves toques a manteca, miel y un dejo a vainilla; en boca resulta suave, fresco y amigable, con acidez equilibrada, vivaz y con notas retronasales a durazno.

Escudo Rojo Cabernet Sauvignon 2012. Elaborado íntegramente con uvas de la finca propia que la viña posee en el Valle del Maipo. Su color es rojo rubí profundo y brillante. En nariz se destacan las notas a fruta roja y ciruela pasa, con toques minerales, balsámicos y licorosos. En boca se perciben buenas acidez y frescura; es sedoso y algo picantito; además obsequia un rico final frutado, con retrogustos a pimiento rojo.

Escudo Rojo Carmenere 2012. Su color es rojo rubí profundo y brillante, aunque más profundo que el vino anterior. En nariz es un Carmenere hecho y derecho: se perciben fruta roja fresca, especias, pimienta, notas herbáceas y leves toques a pimiento verde. Muy buena es su boca, con buenas acidez y frescura; es algo picantito, sedoso y redondo, con un agradable final especiado.

Escudo Rojo Blend 2008. Compuesto por 40% de Cabernet Sauvignon, 35% de Carmenere, 20% de Syrah y 5% de Cabernet Franc, este fue el vino más elegante de la noche. De color rojo rubí profundo y brillante, con algunos ribetes teja, en nariz se distingue la fruta roja cocida, más toques a ciruela pasa, mentol y chocolate, con un dejo licoroso y mineral. Saluda en boca con un suave picor, buena acidez y frescura; de buen cuerpo y estructura, su final es picante y balsámico.