Si tuviese que escribir un guión cinematográfico podría pintar la escena del siguiente modo: “interior, noche, salón de un restaurante de nivel; hay varias mesas ocupadas; un mozo sirve vino a un comensal desde un decantador”. Imagino que la primera línea de diálogo sería: “Creo que el Cabernet Sauvignon chileno es mucho más que el Malbec argentino”. 

Lo comentado en el párrafo precedente no es ficción. Se trata de una situación real ocurrida hace relativamente poco en un sitio en el cual la adición es bien salada, pero donde se come muy bien y se bebe mejor.

La anécdota me llegó a la memoria cuando estaba pensando el tema de esta semana, ya que en la columna anterior me detuve a precisar el gran reencuentro que tuve con una etiqueta de la cepa Malbec, la uva emblemática de una Argentina que dejó de producir mucho y de baja calidad para su mercado interno, y pasó a elaborar vinos excelentes mirando al exterior.

Por ello, y a propósito de la tajante afirmación del caballero del restaurante, hoy me detendré en destacar lo que el Cabernet Sauvignon del país trasandino puede ofrecer, una uva que se da excepcionalmente bien en Chile. Pero no un escribiré sobre un ícono de más de 100 dólares (ya hablaré de esos vinos más adelante), sino de un producto más modesto en precio, pero gallardo en calidad. Y para que la anécdota sea completa, me concentraré en el vino que esa noche tenía sobre mi mesa, Cousiño Macul Antiguas Reservas Cabernet Sauvignon 2008.

TRADICIÓN Y VIGENCIA. Cousiño Macul es una tradicional viña chilena, que a pesar de ser fundada a mediados del siglo XIX aun sigue en manos de la familia fundadora. Y para mi deleite, en mi copa tenía un producto que muy probablemente podría competir con el vino que el hombre estaba pregonando.

El Antiguas Reservas es un Cabernet Sauvignon que tiene mucho para contar. Al mirarlo, te avisa con su color rubí oscuro que tenés un Cabernet Sauvignon con todas las letras. Al olerlo vas a notar claros aromas frutales, con notas a ciruelas negras, moras, cacao y hierbas secas. Y cuando llegue a tu boca, lo notarás suave y armónico, de cuerpo medio pero persistente, y complejo. Un vino ideal para acompañar carnes rojas estofadas (con champiñones o a la pimienta) e, incluso, asadas.

Es más, recuerdo que el año pasado realizamos una cata a ciegas para la revista HC Gourmet con vinos corpachones ideales para pelearle al frío, y este vino formó parte del grupo. ¿El resultado? Fue el más aplaudido, incluso por encima de otros ejemplares en rango de precio más elevado.

Por ello, no extraña que la prestigiosa revista The Wine Advocate, que dirige el gurú Robert Parker, haya calificado al Antiguas Reservas como el de mejor puntaje dentro la categoría de hasta US$ 20.

MÁS QUE TERREMOTOS. Como todos saben, Chile es mucho más que terremotos y montañas. Es uno de los países que picó en punta en el grupo de los productores vitivinícolas del “Nuevo Mundo”. Y para que nuestro paladar pueda comprobar que ese país se ganó su sitial de privilegio no es necesario gastar muchos dólares, como hizo el ostentoso hombre del restaurante. Alcanza con ser inteligente.