Por Rubén Ibáñez

Al finalizar el callejón Rodolfo Fiore, muy cerca de la Avenida Mariscal López, en el barrio Mburicao, una casa llama la atención. Ahí encontramos a Alicia Martínez Trueba, una ciudadana mexicana que se crió en Paraguay y quien apostó por convertir su morada en un restaurante nada convencional al que bautizó La Cocina Hereje, una original idea que fue madurando por varios años.
En el acceso se exhibe un llamativo símbolo en forma de tres puntas (Triqueta) de origen celta (según la filosofía que reza, todo tiene tres niveles: físico, mental y espiritual). El nombre del lugar y la adopción de este símbolo identifican ampliamente a los creadores de este espacio: “creencias que superan lo convencional y se alejan de todos los prejuicios”, según explicó Alicia.
La casona donde funciona La Cocina Hereje tiene un atractivo adicional: es obra del conocido arquitecto paraguayo Jenaro Pindú. Un sitio que exhala armonía estética y su interior ecléctico refleja las creaciones gastronómicas.
Al ingresar, se observan obras del propio Pindú, de Lotte Schultz, de Jacinto Rivera, Olga Blinder, Miguela Vera, Pete Guggiari, Ángel Yegros, Colombino y el maestro mexicano Jesús Gallardo, además de artesanía mexicana y paraguaya. Irrumpen alegremente el espacio, coloridas piñatas de papel maché, que se utilizan en las celebraciones de los nueve días de posadas (celebraciones tracionales mexicanas anteriores a la Navidad).

INTIMIDAD. Alicia dejó en claro que la Cocina Hereje es un concepto que trasciende lo meramente comercial. Acoger a los comensales con sabores exóticos, nuevos, platos de autoría hace que sea una experiencia única e inolvidable.
“La gente que viene acá se siente como en la casa de un amigo; aquí es relajado, distendido; tratamos de que la cocina sea excelente y especial”, dijo Alicia, quien además de anfitriona es la creadora de toda la propuesta de alta cocina. Ella sabe el punto exacto y la preparación de cada plato. Aunque, claro, tiene varios colaboradores que trabajan con ella.
Alicia señaló que no le interesa ofrecer platos que se encontrarán en otros lugares y explicó que la intención es construir un vehículo de cultura, de diálogo, que recuerde cosas y lugares.
Sus creaciones surgen mientras duerme o en su imaginación: “¿qué sabor tendría si combino estas especias con esto?”, es un planteo que le surge con frecuencia, al que denomina inspiración, hasta lograr el plato soñado.
“Una vez mi esposo dijo que una persona muy importante vendría a cenar y me consultó qué podía preparar. Entonces pensé por un instante y le contesté ‘Salmón en dos salsas de uvas’. Hoy eso es lo que aparece en nuestra la carta como Salmón en Dueto Sinfónico, el filete rosado premium con una salsa de uvas blancas caramelizadas en especias y la otra, con uvas negras, vino tinto y otras especias”, que se convirtió en uno de los platos estrella.
Además, destaca que La Cocina Hereje es uno de los pocos sitios donde se sirve avestruz e incluso cordero, bacalao, pato y cabra que son preparados de manera muy especial.

DE MÉXICO, CON SABOR. Sin embargo, La Cocina Hereje es mucho más que cocina de autor. El sitio es un digno representante de la cocina exótica Mexicana, patrimonio intangible de la UNESCO desde diciembre de 2010, con propuestas que desarrollan el concepto de la nueva cocina mexicana.
Como corresponde, nadie sabe más de los platos de esas lejanas tierras que una mexicana. Jugando de local, ella tiene la primera y la última palabra. Y cuenta con una importante provisión para satisfacer y conquistar a los curiosos que deseen probar otras recetas y salirse de las opciones convencionales ofrecidas en nuestro medio.
En la carta encontramos el conocido Mole Poblano, el Plato Nacional de México, preparado a base de chiles, especias, cocoa y canela, además de la historia que rodea a este magnífico enjambre de sabores y aromas y que fusiona los aportes mexicanos al mundo occidental. La casa tiene tres variedades de “moli”: El Mole Verde, el Amarillo y el Chilmole.
Otro manjar infaltable es el exótico Cuitlacoche, la trufa negra mexicana, hongo que crece en las mazorcas de maíz, de consumo prehispánico que enriquece la historia de los antiguos aztecas, pues era considerado el Bocado Real. Esta exquisitez tuvo su mayor auge y difusión en la actualidad, a partir de de que lo sirvieran al Papa Juan Pablo II durante la primera visita papal al México constitucional, hace unos 25 años. “Fue un banquete histórico con el que el pueblo mexicano rindió noble y ancestral homenaje al Jefe de un Estado, desde sus raíces”, destaca Alicia.

EL SECRETO. El restaurante ofrece una variedad de creaciones y combinaciones en manjares al alcance de todas las personas. La carta sigue aumentando y a la fecha, ya cuenta con más de sesenta platos. Una cuestión muy particular que ofrece el restaurante es que no se utilizan aceites, grasas, harinas y espesantes en la elaboración de las salsas, a excepción de aquellos platos que lo requieran, con la salvedad que es una dosis mínima. En cuanto a las carnes, éstas también se cuecen a la plancha, al horno, al vapor y en procesos de maceraciones muy especiales, prosigue.
Sin dudas, una buena comida amerita acompañarla con una buena etiqueta de vino. La “colección hereje” ofrece muchas y muy buenas opciones. “Aquí no se recomienda nada que no hayamos probado antes”, asegura.

CÓMO EMPEZÓ TODO. La familia de Alicia tenía una nutrida huerta en su finca de Villa Hayes. Ahí había una gran variedad de hortalizas como lechugas, rúcula, perejil, cilantro, tomillo y otra infinidad de hierbas aromáticas. Había tanto que lo procesaron en forma de conservas. También tenían abundante leche, queso y otros productos de la granja, que ayudaron a sostener ese concepto artesanal y único en las creaciones que se iban dando con el correr del tiempo.
De a poco fueron madurando la idea de abrir un restaurante. Primero solo fue para un círculo muy reducido, hasta que finalmente abrieron oficialmente las puertas de la Cocina Hereje el 4 de febrero de 2011.
Hoy, el clima del lugar, su rusticidad, la calidez de Alicia y la poderosa carta que ofrece incluso opciones de cocina mexicana precolombina, con chapulines (grillos), larvas y huevas de hormigas incluidas, se conjugan para que la propuesta enamore desde la puerta de entrada hasta el postre.
Si no fuiste, te recomendamos que vayas. Y si ya conocés el sitio, sabés que no estamos exagerando.
Para reservas e informes los interesados pueden comunicarse a los teléfonos 215-131 y 200-868 o al celular 0981-516070. También pueden dar "me gusta" en el fan page http://www.facebook.com/herejeenlacocina y enterarse allí de todas las novedades del lugar.