Por Alejandro Sciscioli

El pasado martes 16 de diciembre, los socios de In Vino Veritas Club Privado, más una serie de invitados especiales, tuvimos la posibilidad de disfrutar un encuentro que superó ampliamente las expectativas de todos. Me refiero al “IVV Experience” sobre el que ya habíamos publicado el anuncio a principios de mes, que se realizó a puro brillo en el Espacio Sausalito.

Antes que nada, el enfoque fue estupendo: vinos blancos, rosados y espumantes fueron las estrellas de la noche. Y los importadores respondieron en masa a la iniciativa que lanzaron Claudia Adorno y Ricardo Fazzio, impulsores del Club, ya que la gran mayoría de las empresas del sector tuvieron presencia con stands, dando en degustación productos muy, pero muy buenos.

También merece un destaque especial la iniciativa de IVV y su aliado estratégico BMW, mediante la cual pusieron a disposición de los concurrentes un servicio de transporte para evitar que, tras las intensas catas, los concurrentes vuelvan a sus casas manejando.

PEQUEÑA GRAN FERIA. El esquema propuesto fue el de una feria de vinos, con espacios montados para que las personas, copa en mano, pudieran ir realizando las degustaciones. Asimismo, la experiencia tenía previsto un impecable servicio de catering.

Así, unas 300 personas transitaron cómodamente los salones de Sausalito, degustando, compartiendo y rindiendo culto al vino, figura central de la convocatoria.

En total, 14 expositores dieron en degustación más de 100 vinos, todos ideales para disfrutar en esta especial y calurosa época del año.

EN LA COPA. Sería engorroso mencionar todo lo que llegó a mi copa esa noche, pues me dediqué en cuerpo y alma a catar varias decenas de referencias, pero quisiera destacar especialmente algunos vinos que me enamoraron:

- El neozelandés Matua Sauvignon Blanc 2013, muy fresco y de gran intensidad aromática.
- El estadounidense Beringer Private Reserve Chardonnay 2012, complejo, elegante y con una boca espectacular.
- El chileno TH Sauvignon Blanc 2011, de Viña Undurraga, deliciosamente trasandino: intenso, herbal y muy fresco.
- Moët & Chandon Brut Imperial Brut, por la distinción que solo un buen Champagne francés puede aportar.
- El argentino Escorihuela Gascón Viognier 2011, que cada vez refresca mejor.
- Otro viejo conocido de Argentina, Nicasia Blanc de Blancs 2012, que siempre reafirma todo lo bueno que puede aportar, especialmente en boca.
- También del vecino del sur, Alta Vista Premium Torrontés 2013 me cautivó por su intensidad, frescor y equilibrio.
- El español Marqués de Riscal 2012 (DO Rueda) me mató por su impresionante relación entre precio y calidad.
- Atención con este Cotes de Provence (Francia), Chateau des Muraires, elaborado por el prestigioso Bernard Magrez: frescor, elegancia, nariz sutil y una boca muy equilibrada.
- Otro peso pesado de Champagne, muy apreciado por todos, fue el Taittinger Brut Reserve, fresco, fácil de tomar y con unas burbujas interminables.
- Este amigo mendocino nunca me defrauda: Navarro Correas Brut Malbec Rosé, siempre con burbujas intensas, expresivo en nariz, fresco en boca y muy placentero en general.
- Otra deliciosa sorpresa fue el italiano Poderi Angelini Chardonnay Salento IGT, muy fresco y equilibrado.
- Volví a encontrarme con uno de mis Sauvignon Blancs favoritos en el universo, el muy buen Aconcagua Costa, de la chilena Viña Errázuriz, siempre intenso en nariz y obsequiando notas herbáceas y a espárrago, más una frescura que encanta.
- El chileno Aresti Trisquel Gewürztraminer 2012, intenso y sutil en nariz, delicado y equilibrado en boca, no podía faltar en esta reseña.
- El chileno Marqués de Casa Concha Chardonnay 2011 fue otro gran blanco degustado, de nariz intensa y sutilmente compleja y boca fresca y equilibrada.
- El espumante argentino San Huberto Torrontés Extra Brut, viejo conocido en la copa, no deja de sorprenderme por su siempre expresiva nariz y muy vivaz y refrescante boca. Un verdadero ¡wow!
- Finalmente, otros dos Champagnes, que son novedad de mercado en Paraguay: Lanson Brut y Lanson Rose, productazos con mucha personalidad, bien diferentes a sus hermanos de procedencia: complejos en nariz (se perciben con fuerza las levaduras) y muy frescos en boca, con burbujas extra persistentes.

Al momento de las conclusiones se puede afirmar sin asomo de duda que el encuentro fue un verdadero golazo que da visibilidad a los injustamente postergados blancos, rosados y espumantes, que a pesar de las “ninguneadas” de muchos, también son vinos que merecen atención y respeto.

Por otro lado, la organización del encuentro fue tan eficiente que ni se notó su presencia: todo salió perfecto. Claudia y Ricardo previeron todos los detalles: excelentes obsequios para los sorteos, un hermoso show musical de Sonidos de la Tierra, el servicio de transporte ya mencionado, el muy buen mix y los tiempos de servicio de la comida, las comodidades en el salón, los precios súpero especiales para la adquisición de vinos y muchos otros aspectos que, aunque mínimos, fueron muy bien pensados.

En suma, ¿qué estás esperando para asociarte a In Vino Veritas? Un mundo de vinos se abrirá ante tus sentidos. Clic acá para enterarte cómo.