Por Alejandro Sciscioli

Fue muy grato reencontrar a viejos amigos, así como también lo fue tener la certeza de que ampliamos nuestra hermandad del vino con la aparición de nuevos rostros que se suman a las propuestas de Parawine.com. En este caso, la excusa para sentarnos en torno a una mesa y disfrutar del noble fruto de la vid fue una cata que la web organizó anoche juntamente con la importadora EDESA, firma que puso a consideración de los lectores los cuatro vinos tintos con los cuales la línea Grey de Viña Ventisquero dice presente en Paraguay.

Puntualmente llegamos a la hermosa casa de In Vino Veritas Club Privado, donde ya estaba todo presto para que inicien los descorches: espacios, butacas, copas y una suculenta picada de Nunciata Almacén Gourmet seducían la vista de quienes iban ingresando en el salón.

A diferencia de otros encuentros, un poquito más informales, en el realizado anoche tomé la iniciativa para hacer una breve introducción a la Viña Ventisquero y, luego, ir presentando cada uno de los vinos que llegaron a las copas.



Con toda la concurrencia ya presente, primeramente recordé una charla que mantuve Ángel Marchant, enólogo de la viña. En la entrevista, el profesional había comentado que Ventisquero es una viña joven: su primera producción fue en el año 2001 y, su primera venta internacional, la concretó en el 2002. Comenzaron con 90 mil cajas en el 2002 y diez años después, la producción se acercaba al millón cuatrocientas mil cajas.

En la misma entrevista, el enólogo había precisado que la viña está presente en los principales valles de producción. Cuentan con Sauvignon Blanc, Chardonnay y Pinot Noir en Casablanca. Asimismo cuentan con viñedos en la zona del Maipo, donde se encuentra la bodega. También en Colchagua, puntualmente en Apalta y la zona costera de Lolol. Actualmente la firma chilena trabaja en un nuevo campo ubicado en San Antonio, Leyda, que es cuna de grandes vinos. 

Y claro, tras compartir esos datos introductorios, todo el vino llegó a las copas.



PLACER MULTIPLICADO POR CUATRO. Según lo previsto, los cuatro tintos de Ventisquero Grey ya habían sido descorchados. ¿El orden de servicio? Merlot, Carmenere, Cabernet Sauvignon y Syrah, todos de la cosecha 2011 y con estilo de vinificación similar: maceraciones pre fermentativas en frío (para lograr mejor extracción de aromas y colores) y crianza durante 18 meses en barricas de madera francesa (un tercio de ella, nueva).

Ventisquero Grey Merlot. Elaborado con uvas provenientes del Valle de Colchagua, este vino sorprendió a todos debido a que no es un típico Merlot sudamericano. Su color se percibe más profundo que lo habitual, mientras que en nariz es intenso y muy frutal (se destaca la frutilla) y con la madera muy bien integrada; se detectan agradables trazas a chocolate. En boca se percibe con buen cuerpo, muy rica acidez y una estructura tánica firme pero para nada molesta; final largo, persistente, jugoso y agradable.

Ventisquero Grey Carmenere. Elaborado con uvas provenientes del Valle de Maipo, en este vino se encuentra todo lo que es esperable de un Carmenere. A la vista se presenta con un color rojo rubí intenso, mientras que en nariz aparece primero el pimiento rojo de modo intenso y, luego, la fruta negra y las especias (pimienta negra). En boca se percibe con buen cuerpo, fresca acidez y taninos redondos, mientras que su final resulta largo y placentero.

Ventisquero Grey Cabernet Sauvignon. Elaborado también con uvas del Maipo, este vino se presenta a la vista con un color rojo profundo. En nariz se percibe intenso, frutal (fruta roja y negra) y con una equilibrada presencia de notas a pimiento rojo, más algo de pimienta negra, chocolate y trazas de madera. En boca resulta equilibrado, con buen cuerpo, taninos amables, fresca acidez y un final largo y jugoso en el cual los recuerdos a cerezas se mezclan con notas a chocolate.

Ventisquero Grey Syrah. En este vino volvimos a encontrar a Colchagua en la copa, y nos topamos ante un golazo que no puede faltar en ninguna copa. A la vista resulta de un color rojo grante muy profundo. En su intensa y compleja nariz aparece claramente la ciruela en compota, recuerdos a mermelada, chocolate y madera, más especias y puntos minerales (hierro). En boca es igualmente placentero: cuerpo, fresca acidez y taninos firmes y dulzones se perciben de inmediato, mientras que en el final, largo, jugoso y agradable, vuelven a aparecer la ciruela y el chocolate. 



Luego, por supuesto, llegó el momento de volver a probar aquellos vinos que más gustaron a los concurrentes. Las charlas se multiplicaron y el vino, una vez más, terminó hermanando a todos aquellos que se acomodaron en los confortables espacios que la Casa in Vino Veritas habilitó especialmente para nosotros.

Finalmente, imposible resulta no reiterar los agradecimientos a la importadora EDESA por tan buenos vinos y a Nunciata Almacén Gourmet por tan delicioso picoteo. 

---