Una de las lecciones que más aprendemos los humanos es que las cosas no son lo que parecen, y tal máxima también se aplica al mundo del vino. ¿Un ejemplo? Lo que ocurrió cuando “resucitó” el Carmenere en Chile: todos se preguntaban por qué un cuartel de “Merlot” tardaba tanto en madurar y por qué era tan “verde” su sabor; luego los expertos confirmaron, análisis de ADN mediante, que su “Merlot” realmente era el Carmenere que se creía extinguido luego de la famosa plaga de filoxera en Europa.

Otro ejemplo puede citarse en Argentina: luego de un análisis científico realizado por expertos agrónomos se determinó que la Bonarda que tan bien sale en el bendecido suelo del vecino país no es la Bonarda italiana que todos creían, sino la variedad Corbeau. Tal situación, de hecho, quedó oficialmente plasmada en el 2008, por resolución Nº C 5, del 15 de abril de ese año, emanada del Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV). Finalmente, el 10 de noviembre de 2011, el INV determinó mediante la Resolución Nº C 48 que, pese a todo, la variedad tendrá la “Denominación Varietal Bonarda”.

Según el documento, cuya copia llegó a nuestra redacción gracias a una gentileza de Claudio Mendoza, gerente de exportaciones para la región latinoamericana de la Bodega Luigi Bosca / Familia Arizu, en el 2008 la INV dio trámite a la inquietud acerca de la Bonarda. Así, “antecedentes aportados por la Facultad de Ciencias Agrarias de la Universidad Nacional de Cuyo, a través de la Cátedra de Vitivultura y del Laboratorio Biomolecular de la Cátedra de Fisiología Vegetal, pusieron de manifiesto que el cultivar conocido como Bonarda es la variedad Corbeau”, confirma la resolución oficial.

En ese mismo año se sustituyó la denominación Bonarda del listado oficial de variedades de vides en Argentina por la de “Bonarda Argentina – Sinónimo Corbeau – Deuce Noire”. Ahora el nombre oficial es el señalado más arriba.

Los estudios científicos fueron realizados por un grupo de profesionales agronómos argentinos, entre ellos el Ing. Alberto Arizu, directivo de la bodega que lleva el apellido familiar, ya tomaron estado y denominación oficial.

Vale aclarar que la duda ya estaba instalada desde hacía un buen tiempo en Argentina, puntualmente desde principios de los años 70, cuando un ampelógrafo francés dijo que el Bonarda argentino nada tenía que ver con el italiano y que, según su opinión, esas uvas eran en realidad Corbeau. Ahora, lo que se hizo fue una confirmación científica de la sospecha de un profesional muy competente.

Según distintas fuentes, la uva tinta Corbeau (que en francés significa cuervo), es una cepa originaria de la Savoya francesa y del Piemonte italiano.

¿Y vos qué preferís, Bonarda Argentina o Corbeau?