Por Ania Smolec, Wine Journalist (*)
Nadie sabe cómo ni exactamente cuándo el Carmenere llegó a Chile, pero la teoría más aceptada dice que fue transportada desde Francia para los nuevos viñedos. Esta situación cambió en 1994, cuando el ampelógrafo francés Jean Michel Boursiquot de la Universidad de Montpellier, expositor del Sexto Congreso Latinoamericano de Viticultura y Enología realizado en Chile, identificó a este clon tardío como Carmenere. A partir de entonces, y bajo su nombre verdadero, el Carmenere irrumpió en el escenario vitivinícola de Chile.
El Carmenere es una variedad muy tardía. Es la última en cosecharse en los viñedos chilenos. Los enólogos de Concha y Toro recogen el Carmenere a finales de abril y a principios de mayo. Esta variedad necesita tiempo para madurar y lograr su perfecto equilibrio. Los enólogos subrayan que el Carmenere exige mucha atención en la viña, pero sobre todo necesita condiciones climáticas y geológicas específicas, entre ellas buen equilibrio entre los días de sol y los de lluvia, suelos profundos, días cálidos y noches frías.
Concha y Toro descubrió un lugar muy particular para cultivar Carmenere. En el corazón del valle de Cachapoal, en una pequeña meseta cerca de Lago Rapel, se encuentra el viñedo Peumo, con el microclima y suelo perfecto para el Carmenere. El suelo aquí es profundo, con un nivel de arcilla y arena muy proporcional. La cercanía del río Cachapoal y el Lago Rapel contribuyen a lograr un sub clima mediterráneo húmedo. Simplemente es la tierra perfecta para hacer “felices” a las uvas de Carmenere.
En este viñedo nace el aterciopelado y redondo Terrunyo Carmenere. Este vino es una definición de lo que debe ser un Carmenere. Es profundo, especiado y de cuerpo medio. Su color es carmesí. La paleta de aromas de Terrunyo Carmenere está construida alrededor de las frutas rojas, con algunos toques de jugosos vegetales grillados, como el dulce pimiento rojo. Otros aromas que se pueden detectar en la copa son: berries, pimienta negra, chocolate, café, tabaco, cuero, tierra y clavo de olor.
Este vino se caracteriza por su estructura sedosa y equilibrio perfecto entre la elegancia y el potencial de sus taninos. Tiene una buena estructura, pero al mismo tiempo una vibrante frescura frutal.
Terrunyo Carmenere ofrece un gran color, taninos suaves y sabores intensos. Es un vino que armoniza a la perfección con carnes de res o cordero cocinadas en salsas de hierbas, como la típica plateada chilena. ¡No puedo imaginar algo mejor con esta receta tradicional chilena!
Piense en esta variedad cada vez que desee cocinar verduras o derechamente un plato vegetariano. Elija recetas sin carne, pero con estructura, como verduras a la parrilla, champiñones, aceitunas negras y hierbas. La pimienta y el toque de especias del Carmenere también nos dan la oportunidad de conectar este vino con los condimentos orientales de la cocina india. ¡No dude en experimentar con cilantro, curry y cardamomo en sus platos!
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(N. de la R.) El presente artículo fue publicado por el “Wine Blog” que periódicamente edita Viña Concha y Toro en su sitio web oficial. Fue replicado en este portal con el consentimiento de quienes tienen a su cargo la elaboración y difusión de los contenidos digitales en dicho espacio. Para acceder a la nota en su fuente original, clic acá