Por Rubén Ibáñez

Todos guardamos en nuestra memoria situaciones que parecen insignificantes y olvidamos otras que, tal vez, son muy importantes aunque en realidad no nos hacen más felices. Patricio Tapia, por ejemplo, nunca olvidó que, cuando niño, su abuelo recibía periódicamente unas cajas cuidadosamente etiquetadas ¿Qué contenían? Vinos que le hacía probar luego en una “copita pequeña”. Es que, tal vez, moriría de curiosidad y de ganas si no se enteraba del contenido de esas botellas tan llamativas que llegaban.
Dicen que “los abuelos son los culpables de todo”. El de Patricio, un amante de la buena mesa y de los buenos de vinos, parece que tuve incidencia fundamental en la vocación de su nieto.
Años más tarde, ya de grande, Patricio se metió a estudiar periodismo en la Universidad Nacional de Chile. Poco tiempo antes de egresar le ofrecieron un trabajo relacionado al mundo del buen vivir, una propuesta que lo arrimó aún más al mundo de los vinos.
“Y fue así como entré, sin saber nada”, dice Tapia. Un periódico le pidió que escribiera sobre bares y nuevos lugares para beber en Santiago, una ocupación que le permitió pagar el alquiler. Pero no se conformó y enseguida empezó a instruirse más sobre el tema:  viajó a Francia, donde realizó estudios sobre Degustación y Enología, en la Facultad de Enología de la Universidad de Burdeos.
“Si aguantaba un año allí, con un idioma que no dominaba y en un tema del que no estaba seguro, entonces pensé que podría dirigir mi carrera en esa dirección. Y me gustó. Me gustó mucho”, confiesa.
“Un free lance de corazón”, así es como se define Patricio. “Un buen periodista de vinos debe ser un buen periodista y todo lo que eso implica”. Los colegas que escriben sobre vinos, bares  y el mundo gourmet saben que no es una tarea sencilla desenvolverse en esa área. Pero para Tapia esa no es la parte difícil, “lo complejo, por ejemplo, es cómo decirle a una persona en la cara que su vino no te gusta, todo lo demás es genial. Viajas, bebes los mejores vinos, comes lo mejor, conoces gente completamente loca que cree, como yo, que una buena botella de vino puede ser tan importante en tu vida como un buen libro o una buena película; que puede estrujarte, aunque sea un poco, tu alma”.
¿Una copa ayudar a distenderte y escribir?  Un par de copas hace cosas muy interesantes a la hora de redactar, afirmó.

DESCORCHADOS. Desde luego queríamos que nos cuente como surgió Descorchados, la conocida guía de vinos que se edita en Chile, Argentina, Brasil y México y que corresponde a su autoría. La publicación nació en 1998, mientras estudiaba en Burdeos. Tapia contó que creía con mucha soberbia y a la vez con mucha ingenuidad que el mercado chileno podría necesitar una guía que hablara de un gusto personal. Nada de promedios de enormes paneles de cata. Patricio dice que sigue creyendo que el vino es una experiencia personal y, por lo tanto, subjetiva. Entonces le gustaría pensar que hay lectores allá afuera que tienen un gusto parecido al suyo.
Podría pensarse que en Descorchados solo están las etiquetas preferidas de Tapia, pero él dice que si así fuera el libro tendría muy pocas páginas. Su tarea implica solamente ofrecer su punto de vista personal y destacar las etiquetas que él cree son las más interesantes, pero eso también incluye darle cabida a los que en su estilo particular son buenos, explica.
También le consultamos si Descorchados llegaría a Paraguay. “Lastimosamente, por el momento, no hay planes inmediatos de que se edite para Paraguay”. Pero dijo que tal vez en un futuro cercano se anime a llegar al público paraguayo.
Actualmente está involucrado en varios proyectos y sus trabajos le consumen gran parte del día. Además de su programa en el canal de cable El Gourmet.com escribe para la revista Wine & Spirits de Nueva York, donde cubre los vinos de Argentina, Chile y España. También colabora  con Prazeres da Mesa en Brasil y para El Tiempo de Bogotá. A todo eso hay que sumarle su columna en el diario El Mercurio de Chile desde hace 15 años, el mismo que le ofrecieron cuando empezaba sus primeros pasos como periodista especializado. 

APERTURA. Afortunadamente, Paraguay se está abriendo mucho a la cultura vitivinícola y a todo lo que  eso implica: hay buenos restaurantes, algunas tiendas de vinos, cada vez llegan más conocidas y celebradas etiquetas para el deleite de los consumidores. También existen y se preparan profesionales que ven esta área como una importante salida laboral. Mucha gente que no probaba vino lo consume habitualmente y hay un grupo de personas cada vez más jóvenes que desean  meterse en este mundo. Por ello, Patricio indicó que la mejor manera de comenzar a degustar vinos es probar lo más que se pueda, y acompañar siempre las comidas con alguna buena etiqueta.
Para Tapia, el vino antes que nada es un alimento, “y no un bien de lujo que te va a hará parecer más lindo, te convertirá en un campeón de Polo o en una estrella de cine. El vino es un producto natural, alucinante en su forma de reflejar su origen, y de una diversidad que puede aterrorizar o encantar, aunque uno nunca podrá beber todos los tipos de vinos en el mundo”.
“Para aprender de vinos no necesitas que Baco te toque con su varita mágica o ser un tipo con sentidos privilegiados, o un poeta; sólo hace falta curiosidad, que aquí se traduce en beber diverso y nuevo”, aseguró Tapia.
¿Pero qué conoce Patricio Tapia de Paraguay? “Lamentablemente solo el aeropuerto”, que en 1987 aún se llamaba Alfredo Stroessner. Solo le quedó en la memoria una enorme pintura del dictador que estaba plasmada en uno de los salones principales de la terminal área. “Espero cuanto antes tener mejores recuerdos de Paraguay”.

VINOS CON NOMBRES. Los buenos vinos expresan el lugar donde nacieron, también su gente y todo lo que le rodea. Patricio dijo que cada país vitícola es un mundo, con sus desafíos, sus virtudes y sus problemas. Pero señaló que lo ve más como una división por regiones, y en ese sentido comentó que le interesa lo que sucede en el sur de Chile, donde encuentra nuevos vinos que constantemente emergen.
Siguiendo esta línea siempre le ha interesado lo que ocurre en las costas, con los vinos de clima frío, aunque también haya zonas frescas en Francia o Alemania, pero el vino de estos territorios nunca va a ser igual. “Cada uno es un mundo diferente”. 
Pero, qué piensa Tapia de personalidades como Michel Rolland, Alberto Antonini y Robert Parker, que promueven toda una tendencia sobre la elaboración de los vinos, desde el cultivo y las técnicas  de producción de las vides. “Nada más que se trata de gente muy influyente en el mundo del vino”, indicó.
Nuestra consulta fue realizada porque en diciembre del año pasado surgió una polémica sobre una crítica que había hecho Tapia  hacia los vinos “rollandianos” que se producen en Argentina. Al respecto puntualizó que “antes me encantaba ese estilo de vinos súper maduros y ahora no me gusta mucho, porque creo que uno evoluciona en la vida y va cambiando. Y creo que no es lo que bebería con agrado hoy”.
Actualmente, en Argentina hablan del “Malbec de laboratorio”. Patricio dijo que no sabe que si eso exista, pero de lo que está seguro es que sí existen vinos hechos para agradar a un mercado, y que no está de acuerdo con eso, “porque el vino debe ser la expresión de un individuo”. Aunque aclaró que también es una industria y que no todos pueden ser tan románticos. Entonces, cuando se crea una botella para un mercado particular, entonces es incorrecto hablar, por ejemplo, de terroir, dice este particular periodista nacido un 7 agosto de 1968 en Santiago, Chile, que con su particular modo de sentir el vino está influyendo de modo positivo en un público que cada vez presta más atención a esta noble bebida.