Por Rubén Ibáñez y Alejandro Sciscioli

El Valle del Maipo, sin dudas, es la región más emblemática de la producción de vinos en Chile. Además de gozar de una peculiar belleza acoge a la Viña Cousiño Macul, una de las casas de vinos más antiguas de ese país. Instituida en 1856, es la única que aún permanece en mano de sus fundadores, y actualmente está a cargo de la sexta generación de la familia. Con esos datos precisos comienza la charla con Felipe Stoehrel, ejecutivo del área de exportaciones de la tradicional casa de vinos, quien visitó recientemente el país.
Felipe comentó que la zona de Macul está regada por el río Maipo y posee excelentes características de clima y suelo, factores que benefician de gran manera a los viñedos. Este es el contexto sobre los cuales se desenvuelven los trabajos y la producción de vinos de la casa Cousiño Macul.
Precisó además que, en la zona de Buin, se produce Cabernet Sauvignon y Merlot, cepas que representan la mayor parte de la producción.
Pero no todo lo que brilla es vino tinto, ya que la viña también adquirió algunos campos en Alhué y también existen proyectos de comprar tierras cercanas a la costa para la producción de vinos blancos, buscando lograr una expresión y una identidad más mineral, tan típica de los vinos de Chile. Todo sin perder de vista que el Chardonay y el Riesling son las variedades más fuertes y emblemáticas de la casa. 

NOVEDADES. “Entre los nuevos productos de la Viña tenemos el vino Finis Terrae Blanco, un ensamblaje que fue lanzado en noviembre del año pasado. Para este proyecto la casa buscó algo nuevo, porque no existe una ensambladura de vino blanco. Los reconocimientos no se hicieron esperar, la etiqueta fue muy bien recibida por los críticos”, dijo.
También se está ultimando detalles para la línea especial de nivel reserva que se llamará “Doña Isidora” (que contiene Sauvignon Gris), un rosé de Cabernet Sauvignon y un Riesling Reserva.
En cuanto a la elaboración de las líneas de vinos la casa busca la consistencia, la misma que la identifica a nivel nacional e internacional. Felipe dijo que la política de la viña es no comprar casi nada a los productores externos de uvas, porque generalmente sus productos no satisfacen las exigencias de calidad. Entonces, cuando la producción se va a agrandar siempre se busca ir adquiriendo más hectáreas para producir viñas propias y “trabajarlas a gusto”.
Finalmente, recordó que Cousiño Macul es una excelente opción a incluir en cualquier ruta de turismo, pues “la viña ofrece muchos atractivos para los que aman el mundo de los vinos y todo lo que está relacionado con él”. Tiene un museo de barricas antiguas, las bodegas, los subterráneos de guarda, las salas de venta, y a todo ello hay que sumar la belleza geográfica de la zona, contó este joven ejecutivo de 26 años. 
Stoehrel es ingeniero comercial recibido en la Universidad Adolfo Ibáñez de Chile, y ya tiene experiencia en el negocio del vino. Trabajó durante un año y medio en una importante viña trasandina, que además fue su primer trabajo. Se desarrolló en el área de marketing de los vinos premium, y entre las funciones que le tocó realizar previamente se cuentan imagen de campaña, planes de marketing y visitas a algunos mercados como Canadá y Reino Unido.