Por Luis Fioretti

El restaurante Tierra Colorada siempre ofrece el marco perfecto para una noche de vinos. Por ello no extrañó que el pasado 27 de septiembre pasado se diera una muy linda y relajada ocasión protagonizada por fantásticos maridajes entre los platos de la casa y vinos de Bodega La Rural, que elabora la prestigiosa gama Rutini.
La noche transcurrió en una cena de 5 pasos, acompañada por las etiquetas de la mencionada casa de vinos, junto a una copita del cava Freixenet al final, en honor al postre, bajo la guía profesional de Silvia "Bibi" Huguet, somelier española que va ganado prestigio en nuestro país.
Para el primer y segundo plato se eligió el Sauvignon Blanc de Rutini, vino con toques cítricos y herbales que limpia muy bien la carga untuosa del primer plato, un Carpaccio de salmón, acompañado de langostinos cocidos al vapor de cedrón, rúcula salvaje, caviar de salmón, brotes orgánicos y Parmigiano Reggiano.
En el segundo plato, un Homenaje al champiñón, con sopa paraguaya y morillas, el Sauvignon Blanc acompañó perfectamente con sus toques cremosos logrados a partir de 3 meses en barrica. Para algunos de los presentes fue el maridaje perfecto, según cuenta Bibi, quien destaca que "disfruté mucho de todos los comentarios de los comensales, ya que no hubo dos opiniones iguales y eso da más fuerza al maridaje, que al final no es más que sensaciones y percepciones totalmente personales".
El tercer plato, sin dudas, fue el más complicado matrimonio de la noche, una propuesta desafiante: Surubí grillado unilateral y terminado al vacío a 80 grados, con patas de centollas al azafrán y puerros, poroto manteca pisado al verdeo y crema de locote rojo. Sí, nuevamente lo untuoso aportado por el “rey del río”, más “el detalle” de que casi todos los ingredientes a su lado eran color blanquecino... La elección fue espectacular: en lugar de un nuevo vino blanco, el acompañante resulto un Rutini Cabernet Sauvignon - Malbec. "El Cabernet Sauvignon y la crema de locote rojo se dieron la mano para acompañar a la Malbec, cuyos toques suaves y taninos muy pulidos limpiaron el paladar y nos lo dejó listo para el plato principal", contó Bibi.
Se corrió el telón del plato principal y se presentó un So’o ku’i de cordero al Malbec, con relleno de arroz kesu, terminado grillado, mini lingote de mandioca y trufas. ¿Cómo maridar tal manjar? La respuesta de la experta fue: Felipe Rutini corte 50% Cabernet Sauvignon, 30% Merlot y 20% Malbec, que "hizo las delicias de todos los comensales".
“La estructura del vino aguantó el toque a trufas siempre tan difícil de acompañar, el toquecito amargo de la Cabernet Sauvignon encontró una afinidad fantástica con el grillado del arroz kesu, la Merlot dio suavidad al conjunto y la salsa hecha con cepa Malbec cerró un maridaje de ensueño”, explicó.
Bueno, está claro, después de semejante recorrido no podía faltar el postre, muy refrescante, compuesto de mburucuya, limón, naranjas, macarons y flan de leche, junto a manzana sobre dacquoise de coco y almendras, que hizo pareja entrañable con un Freixenet Cordón Rosado, nutrido de Garnatxa y Trepat por igual. Los toques cítricos y burbujas untuosas de este fueron el broche más que adecuado para rendir honores al Rey de esta noche, sin dudas, el Felipe Rutini.
Llegados a destino tras el recorrido, siempre surgen palabras emotivas cuando la experiencia es buena. Las de Bibi, dicen: "Para mí, lo mejor de todo fueron los comentarios de cada uno de los comensales, que sin duda disfrutaron mucho de la velada y con los que pude compartir y aprender de este mundo tan maravilloso que es la gastronomía. Muchísimas gracias al equipo de Tierra Colorada, los asistentes y a las bodegas Rutini y Freixenet".
Finalmente, la sommelier destacó que "en Tierra Colorada uno siempre está muy cómodo y atendido por buenos profesionales, además de la simpatía de todo el equipo y lo genuino que es el chef Rodolfo Angenscheidt. Un placer para mi poder compartir momentos con ellos".