Por Alejandro Sciscioli

La pasión vinera me atacó hace muchos años. ¡Tantos que prefiero no contarlos! En algún momento del camino me surgió la irrefrenable necesidad de aprender y entender a la bebida de mi afecto. Y fue así que, primero, me puse a escribir sobre el tema, me inscribí en el curso de sommelier y rendí los cursos del WSET.

Primero, por obvia cercanía geográfica, el interés se centró en Argentina y Chile. Pero llegó un día en el que enfoqué mi atención sobre sobre Europa en general y, luego, Francia en particular. Y cuando terminé por comprender la famosa clasificación del Medoc de 1855 y la posterior de Saint-Emilion, me dije que ya era tiempo de que los descorches apunten hacia Burdeos.

Pero había un problema: los precios prohibitivos de los exponentes más famosos. Entonces, uno de los sueños del wine lover que firma estas líneas fue poder probar, alguna vez, al menos una de las etiquetas que forman parte del Olimpo del vino francés.

Si me hubiesen dicho que, en una sola cata, tendría ante mí los nueve más famosos vinos de Francia, mi conclusión habría apuntado hacia la salud mental del interlocutor.

Pero cierto día de julio encontré en Facebook el anuncio de un encuentro que se realizaría al mes siguiente en Asunción y que, sin dudas, sería la cata del siglo. En una sola velada se abría la posibilidad de analizar los 5 Premier Grand Cru Classe de la "orilla izquierda" de Burdeos (Chateau Margaux, Chateau Haut-Brion, Chateau Latour, Chateau Lafite Rothschild y Chateau Mouton Rothschild). También los dioses de la "orilla derecha", es decir Petrus (Pomerol) y Chateau Cheval Blanc (Saint-Emilion). Y como si esto fuera poco, el combo incluía al magnífico Chateau D´Yquem (Sauternes) y Chateau La Mission Haut Brion (éste último perteneciente al selecto grupo de los mejores vinos de la AOC Graves, cuya clasificación se realizó en 1953). Todos de la cosecha 2007.

En pocas palabras: ¡lo mejor y más selecto de Burdeos!



NOCHE SOÑADA. El encuentro tuvo lugar el pasado 5 de agosto en el Restaurante Le Sommelier, cuyo propietario es el sommelier Oliver Gayet, gran referente del vino en el país, y fue posible gracias a la iniciativa de los también sommeliers Lucía Martínez y Roberto Araújo, quienes junto con Oliver adquirieron el kit completo de 9 botellas y fijaron fecha y lugar.

Tras reservar mi sitio, solamente quedó esperar a que llegue la gran noche.

Sin querer llegué casi una hora antes. Creo que la ansiedad me jugó una mala pasada. Luego, de a poco se sumaron quienes serían mis compañeros de mesa.

Tras las palabras de bienvenida se procedió al ritual del descorche y al reparto equitativo de cada mililitro de vino. Y luego se nos explicó por qué se eligió a la cosecha 2007: fue una añada promedio, lo que permitió manejar valores más pagables al público. Una cosecha de las consideradas excepcionales (como 2000, 2005 o 2008) hubiesen elevado los valores per cápita a cifras casi insólitas.

En una mesa estaban disponibles para auto servicio un muy interesante surtido de delicias comercializadas por la importadora El Imperio, como olivas, jamones y chorizos ibéricos, quesos italianos y españoles y chocolates suizos.

Además, en un prolijo mantel individual impreso, muy bien diseñado por Fabiola Meza, estaba dispuesto el orden de servicio, cepas y porcentajes de cada blend y un mapa de Burdeos mostrando el sitio exacto de procedencia de cada etiqueta.



CONCLUSIONES. Antes de describir cada vino es interesante señalar una serie de aspectos compartidos por los tintos que llegaron a las copas: todos resultaron complejos y cambiaron muy rápido sus aromas en la medida que las copas se agitaban y los minutos pasaban, todos presentaron algún punto de aroma animal o a establo (que no molestaron en lo más mínimo e incluso sumaron complejidad), la madera está muy bien integrada y tienen un enorme potencial de guarda. Por ello, no repetiré en cada descripción los aspectos señalados.

El orden en el mantel individual, de izquierda a derecha, fue el siguiente:

CHATEAU MARGAUX (Cabernet Sauvignon 86%, Merlot 10%, Cabernet Franc 2% y Petit Verdot 2%). Proviene de la AOC Margaux. Nariz de intensidad media, complejo, con aromas a fruta negra, especias, eucalipto, leve punto humo, pimienta negra, leve pimiento rojo, café. En boca es seco, de acidez alta, taninos elegantes, cuerpo alto y un final muy largo y algo amargo. Muy rico. Valor de mercado: US$ 1.200.

CHATEAU HAUT-BRION (Cabernet Sauvignon 44%, Merlot 43% y Cabernet Franc 13%). Proviene de la AOC Pessac Léognan. En nariz es elegante (crece su intensidad aromática en la medida que se airea), con aromas a fruta negra y roja, eucalipto, pimienta, algunas notas verdes y tierra húmeda. En boca se percibe seco, de acidez alta, con taninos elegantes y cuerpo alto, picante, amargo, con sabores verdes y final largo. Precio de mercado: US$ 700.

CHATEAU LA MISSION HAUT-BRION (Cabernet Sauvignon 48% , Merlot 43% y Cabernet Franc 9%). Proviene de la AOC Graves. En nariz se percibe una intensidad aromática media (+), con notas a fruta negra, flores (violetas), yogur, hierro y pimienta negra. En boca es seco, de acidez media, cuerpo alto, taninos elegantes y final larfgo, donde se perciben recuerdos ahumados. Precio de mercado: US$ 600.

CHATEAU LATOUR (Cabernet Sauvignon, Merlot, Cbaernet Franc y Petit Verdot). En nariz una intensidad interesante, donde aparecen primero las notas a especias y pimienta, y luego fruta negra y tierra húmeda, con muy presentes aromas ferrosos. En boca se percibe seco, picante, de acidez media, cuerpo y taninos altos y un final muy largo. Precio de mercado: US$ 1.061.

CHATEAU LAFITE ROTHSCHILD (Cabernet Sauvignon, Merlot, Cabernet Franc y Petit Verdot). En nariz se percibe elegante y complejo, con aromas a fruta negra, pimiento rojo, pimienta negra, especias, café y sugerentes aromas mentolados. En boca es seco, de acidez alta, cuerpo alto, taninos altos y un poco ásperos, picante, con sabores que remiten a lo percibido en nariz, más un final largo con retrogustos tostados y sabores ferrosos. Precio de mercado: US$ 2.600.

CHATEAU MOUTON ROTHSCHILD (Cabernet Sauvignon 81% y Merlot 19%). En su nariz intensa y sugerente aparecen aromas a fruta negra y roja, más pimienta, eucalipto, roble, tostados, café y leves puntos lácteos. En boca se percibe seco, de acidez alta, taninos altos y robustos (pero para nada molestos), cuerpo alto, más un final muy largo, delicioso y agradable. Siempre teniendo en cuenta que estamos hablando de sutilezas, este es el vino que más me gustó de los servidos durante la velada. Precio de mercado: US$ 1.400.

CHATEAU D´YQUEM (Semillon 80% y Sauvignon Blanc 20%). Respeto en la narración el orden en que las copas estaban en el mantel individual, pero claro está que este vino fue servido y catado en último lugar. A la vista presenta un hermoso color dorado intenso, mientras que en nariz se percibe muy intenso y agradable, con las típicas notas a cáscara de naranjas confitadas, más membrillo, querosene y delicados puntos florales. En boca se presenta dulce, de acidez alta y cuerpo alto, enamorando con un final muy largo, seductor y agradable y obsequiando retrogustos similares a lo percibido en nariz. Puro placer. Como corresponde, fue servido junto con una generosa porción de queso azul. Precio de mercado: US$ 800.

PETRUS (Merlot 95% y Cabernet Franc 5%). Hubo que esperar mucho tiempo para que empiece a expresar aromas. Una vez que se abre se perciben aromas a fruta roja y algo de fruta negra, eucalipto, pimienta, tierra húmeda, leve pimiento verde y especias. En boca se percibe seco, de acidez alta, taninos altos y algo ásperos, cuerpo alto, con un final muy largo donde se perciben retrogustos complejos, similares a lo percibido en nariz. Muy rico, en verdad. Precio de mercado: US$ 2.800.

CHATEAU CHEVAL BLANC (Cabernet Franc 53% y Merlot 47%). Ya desde primera nariz me dio la impresión de que no estaba a la altura de sus compañeros de mesa: fue el que menos me entusiasmó de a velada. Presenta intensidad aromática media y se perciben aromas a fruta negra y algo de roja, pimienta, especias, pimiento verde, un punto licoroso y notas verdes. En boca se presenta seco, de acidez y taninos muy altos, cuerpo alto y marcado amargor; el final es largo y se perciben retrogustos similares a lo detectado en nariz. Precio de mercado: US$ 700.

Para no extender más este texto simplemente diré que la velada continuó con burbujas a la francesa, es decir Champagne, todos comentando aspectos sobre los vinos catados. Como corresponde, ni una gota quedó en las copas. 

Y así nos fuimos, con el corazón contento y esperando novedades acerca de la realización de otra velada que pueda ser bautizada como “La cata del siglo”.



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