Por Alejandro Sciscioli

Si bien lo explicamos en otras oportunidades, como introducción de esta nota repasaremos el concepto de lo que es una cata vertical. Se trata de catar a ciegas, o no, el mismo vino de una bodega de distintas añadas para analizar cómo fue la producción y la calidad de la uva de cada cosecha y cómo evolucionó cada vino en color, aromas y sabor.

Por lo general se realizan con vinos ícono, pero nada impide abrir el juego y catar verticalmente cualquier línea. Con esa premisa en mente, recientemente se comunicó conmigo Roberto Araujo, médico, ganadero, sommelier, importador y socio de dos emprendimientos que implican la venta de vinos. ¿Qué propuso? Obsequiarme tres añadas diferentes de Monteviejo Festivo para que realice una cata vertical mediante la cual se pueda compartir con los lectores la experiencia.

Agradecido por el contacto, tomé el guante y descorché los vinos en el marco de un distendido encuentro con amigos wine lovers que, encantados, acudieron al llamado.

Así, en la mesa nos encontramos con las cosechas 2014, 2015 y 2016 del mencionado Monteviejo Festivo, la línea de vinos jóvenes de esta bodega mendocina que tiene como enólogo jefe al renombrado Marcelo Pelleriti y cuyo lugar en el mundo es el Valle de Uco.

La experiencia en realidad fue muy interesante y, en este caso, transcurrió sin sorpresas: tanto en colores como en aromas y sabores, cada cosecha entregó lo que era esperable.

MONTEVIEJO FESTIVO 2014. Su color rojo es rubí con tonalidades granate, muy profundo y brillante, presentando lágrimas densas de caída lenta. En su nariz de intensidad media (+) aparecen aromas a fruta roja fresca, un leve toque de pimienta, notas lácteas y ferrosas, más un muy leve punto floral. En boca se percibe seco (aunque se percibe un agradable sweet point), de acidez alta, ligeramente picante, taninos altos, cuerpo alto y final largo con sabores retronasales que recuerdan lo percibido en nariz. Se percibe un cierto amargor final.

MONTEVIEJO FESTIVO 2015. Su color es rojo rubí, profundo y brillante, presentando lágrimas densas de caída lenta. Su nariz es algo austera al principio (es necesario agitar la copa varias veces para que se abra) y luego surgen aromas a fruta roja fresca, un leve toque de pimienta, notas lácteas y un dejo a lavanda. En boca es seco, de acidez media (+), ligeramente picante, taninos presentes, cuerpo medio (+), final largo con sabores retronasales que recuerdan lo percibido en nariz. 

MONTEVIEJO FESTIVO 2016. Su color es de un púrpura intenso, profundo y brillante, presentando lágrimas densas de caída lenta. Su nariz resulta intensa, con aromas a fruta roja fresca, un leve toque de pimienta y notas lácteas. En boca se percibe seco, de acidez fresca (jugoso), ligeramente picante, taninos presentes pero para nada molestos, cuerpo medio, final medio con sabores retronasales que recuerdan lo percibido en nariz. 

Acerca de la línea Festivo vale destacar que es elaborada íntegramente con uvas Malbec cultivadas en los viñedos que la bodega posee en el Valle de Uco. Al ser el “entry level” de la firma, se trata de un vino joven, sin crianza en madera.



SOBRE MONTEVIEJO. Vale recordar que Bodega Monteviejo está enclavada en medio de los viñedos de Clos de los 7, resultado de un ambicioso proyecto llevado adelante por el famoso enólogo y consultor francés Michel Rolland, quien convenció a pares suyos, todos viticultores de Burdeos, para que inviertan e instalen sus bodegas en Argentina. Si bien cada casa de vinos es independiente, el proyecto Clos de los 7 los une: 4 bodegas dirigidas por 4 familias, 1 vino elaborado en común y ensamblado por el propio Rolland. ¿Cuáles son las viñas involucradas? Monteviejo, Cuvelier los Andes, DiamAndes y Bodega Rolland, todas asentadas en Valle de Uco, vecinas, en un mismo predio.

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