Por Alejandro Sciscioli (*)

Varias veces se destacó desde este espacio lo bien que caen en las copas los vinos espumantes, atendiendo que llegan los momentos para brindar y pasar buenos momentos en familia y con amigos. Sabiendo que esta columna saldría publicada a tan solo 7 días de la Nochebuena, me dispuse entonces a escribir sobre uno de esos nobles vinos con burbujas, una etiqueta que no puede faltar en las copas de fin de año. Pero la duda era sobre cuál me referiría, ya que hay muchos y muy buenos.
La decisión, sin embargo, llegó rápido: Freixenet Cordón Negro Brut, un Cava español con todas las letras. Sucede que en la noche del jueves tuve oportunidad de participar en una cata de champagnes, cavas y espumantes en el restaurante Le Sommelier, y uno de los 10 productos degustados era precisamente este, que me impresionó muy bien por varios motivos.
Antes de la degustación, Oliver Gayet, anfitrión de la noche, hizo una explicación contando las diferencias técnicas entre las tres clases de vinos con burbujas, que por suerte coincidieron con los detalles que brindé hace unas semanas atrás en la columna sobre el Carta Nevada (Demi Sec que también es elaborado por Freixenet).
En pocas palabras: el Cava es un vino espumante que se elabora en España del mismo modo en que los franceses hacen su prestigioso Champagne, con segunda fermentación en botella (para lograr las burbujas) que culmina a los 28 días. Sin embargo, un detalle que me gustó es que, los Cava, como mínimo deben estar embotellados un año con las levaduras muertas (lo que es muy bueno, pues aporta a ese vino características especiales).

FRESCO Y SUAVE. El Freixenet Cordón Negro Brut llegó a las copas justo a la mitad de la velada, cuando las conversaciones eran más animadas y la gente en gran medida había perdido la timidez.
Me encontré con un producto interesante, de color amarillo muy suave, ligeramente verdoso y con leves reflejos dorados, de burbujas medias a finas, muy persistentes. En nariz se destacan aromas frutales, como manzana verde y una muy suave nota cítrica. En boca es fresco y suave con buen equilibrio entre acidez y azúcar.
Con respecto a la compañía con las comidas, vale destacar que los espumantes son muy versátiles. Este cava puede ser buen compañero de un aperitivo con quesos y embutidos de toda clase, puede ir con pescados marinos y pastas suaves, incluso un postre con frutas frescas. Y acordate que, al ser “made in Spain”, todo producto regional puede combinar muy bien.
Mirando con atención la botella observé que este Cava está elaborado a base de uvas Parellada y Macabeo. Luego, investigando más en la página web de Freixenet me enteré de los porcentajes: 60% de la primera y 40% de la segunda. Este es otro motivo por el cual vale tener este vino en la copa, pues brinda la oportunidad de probar cepas que por estas latitudes no conocemos.

VALE CONOCERLO. En esa noche se sirvieron otros productos, muy novedosos, y espero poder escribir pronto sobre ellos. Sin embargo, creo que este Freixenet se merece el protagonismo que hoy se le brindó en este espacio, debido a que se trata de un espumante con gran presencia en supermercados, restaurantes y tiendas especializadas. Y a pesar de ello todavía hay gente que no lo conoce. ¡Lo que se pierden!

(Artículo publicado en la página 36 del diario Última Hora de Asunción el día 17/12/11)