Por Rubén Darío Lugo

Los valles chilenos de Casablanca, Colchagua y Maule albergan tierras envidiables que dan vida a unos vinos modernos, de equilibrio y carácter únicos. Ahí, donde se cumple todo lo que necesitan las variedades que producen, se erige TerraNoble, con sus viñedos que representan el equilibrio entre tradición e innovación, donde la naturaleza es la gran protagonista, según refiere su portal.

En cuanto a la visión que sostiene el equipo responsable de la viña, desde los inicios se perfila una visión de conquistar la excelencia. “Para ello, exploramos el país de cordillera a costa, en busca de los más nobles terruños, aspirando expresar el alma de Chile en cada uno de nuestros vinos”, expone como carta de presentación al bodega protagonista de esta nota.



BODEGA. Ubicada en el sector de San Clemente del Valle del Maule, la bodega cuenta con el mejor equipamiento para la producción de vinos de alta gama.

Concebida para respetar la secuencia natural de producción de los vinos, la bodega permite integrar los procesos de manera fluida, minimizando la manipulación y cuidando el producto en cada una de sus etapas.

Con una capacidad de vinificación de 2.120.000 litros y 450.000 litros en barricas, cuenta con equipos especiales como barricas de madera de 5.000 litros para vinos de alta gama y cubas huevo de cemento para desarrollar proyectos específicos.



HISTORIA. Esta casa de vinos nace en 1993, cuando el visionario Jorge Elgueta decide emprender el sueño de crear una viña enfocada en vinos de alta gama. Apostando por desarrollar Sauvignon Blanc y Merlot de excelencia, se instaló en el mejor lugar para estas variedades: el Valle del Maule. 

Ese mismo año la historia de la viticultura chilena se cruza con la de la viña, cuando el ya famoso ampelógrafo francés Jean Michel Boursiquot descubriera que gran parte del Merlot chileno correspondía a la extinta cepa Carmenere. Este descubrimiento marcará para siempre la historia de la viña. Mientras muchos volvieron al Merlot, TerraNoble decidió aprender de esta cepa perdida, transformándola luego en su cepa emblemática. 

El 2003 falleció Elgueta y al poco tiempo, el empresario alemán Wolf von Appen se vio atraído por la viña. Su llegada potenció el espíritu innovador de TerraNoble, complementado con los valores de excelencia y calidad, sello característico de sus emprendimientos. 

Buscando mayor complejidad y nuevas tipicidades, con foco en una mejor expresión de fruta y frescura, el equipo enológico se planteó el desafío de incorporar nuevos sectores más extremos, con influencia directa de altura (Andes) y del mar (costa), convirtiéndonos así en una viña multivalle. La llegada a Casablanca y Colchagua, aportó nuevos desafíos, otorgando más y mejores herramientas para el desarrollo de sus vinos. La incorporación de nuevas variedades como Cabernet Sauvignon, Syrah, Petit Verdot, Marselan, Pinot Noir, Chardonnay, Riesling y Pinot Blanc han sido claves en la evolución y consolidación de lo que hoy es el estilo TerraNoble.



---