Por Alejandro Sciscioli

Cuando se lo encara con todo el gusto y la pasión, el trabajo se convierte en un placer maravilloso. Tanto como cuando se degusta un muy buen vino. Pero cuando el trabajo implica tener que presentar vinos en una degustación, ¡el gozo se potencia! Por ello fue una enorme alegría decir presente la noche del pasado 27 de julio en el BMW Owners Club de Asunción, donde me tocó hablar sobre tres muy buenas etiquetas de la chilena Viña MontGras y un espumoso de la marca argentina Mauricio Lorca.

La noche calma y clima levemente fresco se confabularon para que todo salga perfecto. En el quincho de Club, las luces tenues, la buena ambientación y un seductor cool jazz como música de fondo completaban el excelente marco.

De a poco los invitados comenzaron a llegar, y mientras hacían iban recibiendo como copa de bienvenida el vino espumoso Lorca Fantasía Extra Brut, un muy interesante vino elaborado a partir de un ensamblaje de uvas Chardonnay y Viognier cultivadas en la zona de Vista Flores, Valle de Uco. Fresco, fácil de beber pero con muy buena presencia en boca, fue el aperitivo perfecto.

Y luego, de a poco llegaron a las copas los vinos que fueron el plato fuerte de la noche. La bodega elegida para la ocasión fue Viña MontGras, firma chilena que fue fundada en 1993 por los hermanos Hernán y Eduardo Gras, junto a su socio Cristián Hartwig. Si bien la bodega se asienta en el Valle de Colchagua, la misma posee viñedos en otros muy importantes valles productores del país trasandino, como Maipo y Leyda.

Su filosofía de producción es priorizar la calidad ante la cantidad. Y fue precisamente ese detalle, más la muy alta calidad de sus productos, los aspectos que llevaron a Decanter Vinos Boutique a importar y comercializar la marca en el país.

El primer vino tranquilo en llegar a las copas fue MontGras Quatro Blanco, una novedad de mercado que dará muchas y muy buenas sorpresas a los wine lovers. Se trata de un ensamblaje de uvas 46% Chardonnay, 25% Semillón, 15% Sauvignon Blanc y 14% Viognier, todas cultivadas en el Valle de Colchagua. El 25% de este vino fue envejecido en barricas. De buena intensidad aromática, fresco y de buen cuerpo, sorprende por su volumen en boca. Para tener muy en cuenta.



LOS TINTOS. El siguiente vino fue el siempre cumplidor Intriga, elaborado con uvas que provienen de zonas altas del prestigioso Valle del Maipo. En la etiqueta se menciona a la Cabernet Sauvignon como única cepa utilizada, pero en realidad se trata de un ensamblaje basado en esa variedad: 85% Cabernet, 9% Cabernet Franc y 6% Petit Verdot. Su proceso de guarda comprende una crianza de 21 meses en barricas francesas, 25% nuevas y 75% usadas. Fue embotellado sin filtrar. Se presenta como complejo y elegante en nariz (con apenas una sutil presencia de pimiento rojo) y con una boca que enamora a fuerza de un muy buen equilibrio entre acidez, cuerpo y taninos, más un largo final.

El gran final estuvo reservado para Ninquén, un ensamblaje 60% Syrah y 40% Cabernet Sauvignon que dejó a todos los asistentes tan asombrados como enamorados. Es elaborado con uvas íntegramente cultivadas en Colchagua, en viñedos de bajo rendimiento. Fue envejecido durante 20 meses en barricas 95% francesas y 5% americanas (80% nuevas y 20% segundo de uso). El vino fue embotellado sin clarificar ni filtrar. Sin dudas, un vino que cautiva: es elegante y complejo en nariz y tiene un muy buen equilibrio que conjuga excelente acidez, cuerpo alto, taninos con gran presencia y un final largo, persistente y muy agradable.

Las charlas se prolongaron, las risas resultaron contagiosas y la velada siguió avanzando al ritmo de jazz. Sin dudas, una noche perfecta.

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