Por Alejandro Sciscioli

Para quienes no estamos tan interiorizados sobre lo que ocurre en Ciudad del Este, ya sea por la distancia o porque nuestras actividades se desarrollan por otros carriles, resulta sorprendente ver el modo en que la cultura del vino está explotando en la capital del departamento de Alto Paraná.

Sí, es verdad que la dinámica económica de la frontera hace que el comercio de vinos tenga mucha fuerza debido a los compradores que llegan de Brasil. Sobran ejemplos de locales muy exitosos y de etiquetas increíbles a la venta. No obstante, el consumidor esteño de vinos está transformándose en wine lover. Y lo mismo ocurre en otros puntos del país.

Entre esos grandes players de Ciudad del Este que mayormente buscan atender al visitante brasileño está emergiendo otro peso pesado, que a fuerza de representaciones de gran calidad y prestigio, más una muy importante fuerza de ventas, va ganando la consideración del visitante extranjero sin perder de vista lo que ocurre en la propia ciudad y, también, en Asunción.

Me refiero a Caminos del Vino, firma que es apadrinada y forma parte del pujante Grupo CellMotion, que con la marca de celulares Blu logró hacerse un importante lugar en el esquema comercial de frontera. 



Pero sucede que los referentes de la empresa son también enófilos empedernidos y por ello emprendieron la tarea de ampliar su diversa oferta de etiquetas y procedencias.

Ya informamos en este portal sobre la llegada de empresa a Asunción. Aunque vale la pena recordar cuáles son sus “marcas propias”: Viña Cobos, Bodega Sottano, Finca Las Perdices, Finca Sophenia, El Porvenir de Cafayate, Cruzat, Domaine Bousquet, Champagne Nicolas Feuillatte y Costa di Bussia. Y hay nombres muy interesantes en proceso de registro sanitario, que no mencionaremos hasta que oficialmente se puedan anunciar.



MUCHO Y MUY BUEN VINO. Los párrafos precedentes son apenas una mera introducción que viene a colación de un viaje que me tocó realizar recientemente, en el cual viví en primera persona lo que se me ocurrió llamar “el sistema de hospitalidad Caminos del Vino”. Esto es: mucha cata, buena comida y el acompañamiento cercano de un grupo maravilloso de personas apasionadas por lo que hacen.

Salimos de Asunción temprano, un lunes feriado de mayo, y llegamos a Ciudad del Este a las 10 de la mañana. Fuimos directamente a la tienda de vinos que la firma posee en el enorme edificio de Cell Shop, en pleno centro de la ciudad, donde fuimos recibidos por Rosa Ortega, a cargo del local (que posee un muy bello espacio propio donde es posible degustar vinos), y Antonio León, gerente de la compañía.

Y la magia comenzó inmediatamente.

Tras la recorrida de rigor por la tienda y por los diversos pisos de las dos torres del imponente centro comercial, donde se vende literalmente de todo, nos llevaron (sin darnos tiempo a hacer check in en el hotel) al wine bar Caminos del Vino (sí, el mismo nombre de su empresa madre), que fue montado en el Paraná Country Club, donde nos aguardaba el Tyales Veiga, sommelier de la firma y encargado del sitio, con una cata increíble.



Iniciamos la experiencia con muchas burbujas. Así, probamos Champagne Nicolas Feuillate Brut Reserve, Champagne Nicolas Feuillate Brut Rosé, el italiano Opera Rosé Metodo Classico y los argentinos Domaine Bousquet Brut Rosé Pinot Noir Chardonnay y Cruzat Demi Sec (método tradicional).

También hubo vinos tranquilos, todos maravillosos embajadores vitivinícolas del Valle de Uco, Mendoza: Domaine Bousquet Rosé Malbec Cabernet Suavignon 2016 (de Tupungato); Riglos Gran Cabernet Franc 2014, con crianza de 18 meses en barricas francesas (también de Tupungato); el muy rico Huarpe Bonarda Petit Verdot (Vista Flores, Tunuyán).

Para que el artículo no se extienda demasiado no entraré en detalle en cuanto a las notas de cata de cada etiqueta. Sí diré que todos son vinos muy equilibrados que, sin dudas, se merecen un lugar en tu copa.


UNA SORPRESA EN PUERTO IGUAZÚ. La cata informal del mediodía terminó cerca de las 17.00. Apenas nos quedaba tiempo para tomar habitación en el Hotel Acaray, darnos una ducha y aprestarnos para una sorpresa: un viaje relámpago a Puerto Iguazú, en la vecina provincia argentina de Misiones, para participar del lanzamiento de la nueva etiqueta Barrabás, elaborada por la Bodega Familia Sottano. Nuevo vino viene a ser una suerte de hermano menor de la cada vez más famosa y cotizada etiqueta Judas.



En el encuentro, Adrián Toledo, el enólogo de la bodega, fue el encargado de explicar de qué se trata el vino: 95% Cabernet Franc (de Luján de Cuyo y Valle de Uco) y 5% Cabernet Sauvignon (también de Luján de Cuyo). Tiene una crianza de 24 meses en barricas (80% francesas y 20% americanas).

Es un vino muy interesante, elegante, muy frutado y con toques balsámicos, más un leve dejo a pimiento rojo. Tiene muy buen paso en boca, destacándose por su cuerpo, buen frescor y largo final.

La velada terminó a altas horas, en la parrilla La Rueda, probando vinos de Salta y, desde lo personal, comiendo el mejor bife de chorizo de mi vida.

Costó mucho levantarse a la mañana siguiente para culminar las reuniones programadas y emprender el viaje de retorno. Pero más costó aún decir adiós a la cada vez más vinera Ciudad del Este. 

Sin dudas volveremos para disfrutar más plenamente de las excelentes etiquetas del wine bar Caminos del Vino y, por supuesto, para continuar recibiendo la cálida hospitalidad de un increíble equipo humano.

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