Por Alejandro Sciscioli

Hay oportunidades que un vinero de ley no puede desaprovechar. Por ello, quien firma estas líneas se prometió por lo más sagrado que, tras el tour europeo de rigor en su luna de miel, si alguna vez pisaba nuevamente el viejo continente no dejaría de visitar alguna zona vitivinícola importante.

Y la revancha tuvo lugar en octubre pasado, cuando en el marco de un viaje de placer por distintas capitales europeas me hice de tiempo para recorrer, junto con mi esposa, una pequeña parte de esa hermosa región francesa conocida como Champagne, adonde se elaboran esos maravillosos vinos espumantes protegidos por la DO homónima.

De hecho, el tour ya lo habíamos contratado desde Asunción y, para hacernos de tiempo suficiente, renunciamos a excursiones a sitios que ya habíamos visitado en el viaje anterior.

Así, salimos desde la Place des Pyramides, vecina del famoso museo del Louvre, para recorrer los 140 kilómetros de distancia entre París y Reims, Es la mayor ciudad de la región de Champagne - Ardenas, aunque no es capital de su departamento.