Por Alejandro Sciscioli

Cuando nacimos como medio de comunicación ya habíamos adelantado que, de modo regular, haríamos catas en las cuales daríamos participación a nuestros lectores. Y la primera llegó el pasado 2 de febrero cuando, con la presencia de 3 lectores con sus acompañantes, más algunos invitados especiales, nos reunimos en torno a una mesa para conocernos, picotear cosas ricas y degustar 7 vinos que en el mercado local no se consiguen.
¿De qué modo accedimos a esos vinos? A tres de ellos los adquirimos en nuestro último viaje a Mendoza, en noviembre del año pasado, cuando concurrimos a la Degustación Anual de Santa Julia (uno de esos eventos del vino que resultan imperdibles),  mientras que los 4 restantes fueron aportados por uno de los anunciantes que, con sus banners, apoyan la existencia de nuestro portal: muestras de productos que, lamentablemente, no se exportan al Paraguay.
Todo comenzó puntualmente a las 20.30. Los participantes llegaron casi al mismo tiempo, como si se hubiesen puesto de acuerdo. De hecho, una broma celebrada por todos fue que, al menos en esa noche, la famosa ‘’hora paraguaya’’ no contaminó el encuentro.
Y claro, rápidamente nos sentamos a la mesa para comenzar a comer y conocernos, mientras el agua (con y sin gas) ya iba llegando a las copas. Y luego, el vino.

Rutini Brut Nature 2007. Todo comenzó con este espumante, elaborado por la Bodega La Rural con proporciones idénticas de uvas Chardonnay y Pinot Noir provenientes de su finca en Tupungato, Mendoza, Argentina. Un detalle interesante es que la fecha de cosecha figura en la etiqueta (algo que no es común en los vinos burbujeantes de esta  parte del mundo, pero que sí se suele ver con los ‘’vintage’’ y ‘’millésime’’ franceses).
Nos encontramos ante un vino de color dorado intenso, con burbujas muy finas y delicadas, que tardaban en hacerse ver dentro de la copa. Según su contraetiqueta este espumante, elaborado con el método tradicional o ‘’champenoise’’, ha pasado 24 meses sobre las levaduras, lo que sin dudas aporta aromas y sabores complejos.
En nariz se sintieron claramente pan tostado, miel y frutas como ananá y durazno. Entra gloriosamente a la boca aportando frescura y una muy rica acidez.

Rutini Gewüztraminer 2009. En segundo lugar se sirvió este vino blanco. Era la oportunidad para tener presente en el paladar y sumar a nuestra memoria gustativa una variedad que, en Paraguay, casi no conocemos.
Elaborado íntegramente con uvas de esta cepa de una finca que la Bodega La Rural Posee en Tupungato, este vino tiene una particularidad que lo hace interesante y le aporta cierta complejidad: el 30% fue fermentado 4 meses en barricas francesas nuevas y de primer y segundo uso.
Nos encontramos con un vino de un bello color dorado y brillante, muy expresivo en nariz, con notas frutales (sobresale el lichi), más algunas fragancias florales y hasta un toque herbáceo. Incluso hubo en la mesa quienes sintieron algunas notas especiadas y a vainilla (lo que no es raro, debido a la crianza en madera). En boca es muy rico, fresco, con buena acidez, y un final medio a largo (lo que sorprende si tenemos en cuenta que se trata de un vino blanco).

Santa Julia Innovación Fiano 2010. Si hay algo que reconocerle a la familia Zuccardi, responsable de la bodega homónima que elabora los vinos que llevan el apellido familiar, además de todas las líneas de Santa Julia, es que apuesta constantemente a la innovación. Y es precisamente esa característica de ansia por lo nuevo lo que le ha dado nombre a esta gama de vinos, que incluye además cepas tan exóticas para nosotros como Aglianico, Touriga Nacional, Ekigaina, Grenache, Mourvedre, Barbera, Bourboulenc, Albariño, Greco, Verdelho y  Nero D'Avola (por cierto, estas dos últimas cepas también las degustamos esa noche).
Este Fiano es elaborado con uvas cosechadas de la finca que la bodega posee en Santa Rosa, Mendoza, una zona al este de la ciudad de Mendoza que está relativamente lejos de las montañas.
Mirando en la web de la empresa nos enteramos de que la variedad Fiano se cultiva en el sur de Italia, en la provincia de Campania.
¿Con qué nos encontramos? Con un vino de color levemente dorado, brillante, con reflejos verdosos. En nariz es suave, ligeramente frutado, con ligeras notas a manzana, anís y miel. En boca es suave, con buen equilibrio ácido, algo corto, pero muy agradable.

Santa Julia Innovación Verdelho 2010. Otra linda sorpresa. La página de internet de la bodega informa que esta variedad es originaria de Portugal y mayormente se utiliza para hacer vinos fortificados (Portos); se cultiva en la Isla de Madeira y Valle del Duero (donde es conocida como Gouveio).
Elaborado también con uvas de la finca de Santa Rosa, este vino es un hallazgo que vale la pena probar: de color dorado suave con matices verdosos, resulta muy agradable en nariz (con notas que remiten a una ensalada de frutas y miel), mientras que en boca es muy fresco y equilibrado, con una buena acidez.

La Vuelta Malbec 2010. Esta es una línea uno de vinos básicos de La Rural, sin crianza en madera, que además  de Malbec incluye Sauvignon Blanc, Cabernet Sauvignon, Merlot, Syrah y un espumante Extra Brut.
En este caso nos encontramos con un vino elaborado 100% con uvas Malbec provenientes de Maipú. Este tinto es de un color granate oscuro y brillante, de nariz muy frutada (fruta roja fresca) y con uno leve toque a cuero; luego, al abrirse, se sienten algunas notas sulfurosas. En boca no nos convenció: bastante ácido, aunque en contrapartida posee taninos amables y algo dulzones.

Santa Julia Innovación Nero D’Avola 2010. Otro certero “experimento” de esta empresa apasionada por lo nuevo. El origen de esta cepa podría ser en Calabria, Italia, y se encuentra a la variedad en los mejores vinos de Sicilia. Se planta también con uvas de la finca de Santa Rosa.
En la copa tiene un encantador color rojo rubí; en nariz es expresivo y se percibe fruta roja cocida, mermelada; mientras que en la boca es suave, muy agradable, frutoso. Te deja con ganas de tomar otro sorbo, y luego otro más.

Felipe Rutini Apartado 2006. Este fue el broche de oro para una noche intensa. ¿Qué se puede decir sobre este vino? Mucho, ya que se trata de una línea especial de vinos de corte seleccionados por el enólogo jefe de Rutini Wines.
“La composición varietal es variable según cada una de las sucesivas cosechas, de manera de otorgar otra característica exclusiva a su producción”, explica en su web la bodega, bsucando aclarar la filosofía de este etiqueta en particular. En este caso nos encontramos con 60% de Malbec, 30% de Cabernet Sauvignon y 10% de Petit Verdot.
¿El resultado? Un vinazo: de color granate profundo y brillante, en nariz se percibe claramente la fruta roja cocida, con notas a chocolate, vainilla y suaves indicios de uva pasa. En boca tiene una gran entrada y un buen cuerpo; es redondo, sedoso, algo picante y de taninos dulces y amables.

Así fue como cerramos la primera cata organizada por quienes hacemos Parawine. Esperamos que en la segunda cita, que se concretará en algún momento de marzo, podamos contar con más lectores sentados a la mesa, dispuestos a gozar de un momento de camaradería y placer.