Por Luis Fioretti y Alejandro Sciscioli

Recientemente publicamos una crónica sobre nuestra participación en una cena maridaje en la cual los vinos elegidos, de la chilena Viña TerraNoble, brillaron con luz propia. En ese texto prometíamos la publicación de una entrevista que el día siguiente realizamos con Claudia González, la referente comercial de la bodega que había visitado el país para impulsar una serie de encuentros y brindar capacitaciones. Y como lo prometido es deuda, a continuación reproducimos lo más jugoso de la charla que mantuvimos.

Para hacernos idea sobre TerraNoble, Claudia cuenta que en Chile existen dos categorías principales dentro del repertorio de viñas: aquellas dedicadas al vino de consumo masivo y aquellas enfocadas a producir calidad, encuadrándose la suya en la última. Según la ejecutiva, esto explica el crecimiento que tiene la marca en Paraguay, aún cuando solo tiene un año de presencia en este mercado, dado el nicho para vinos de alta gama en pleno crecimiento encontrado aquí.

Si bien manejan pequeñas cantidades, el desempeño ha sido mucho mayor al esperado por su importadora local, Mannah, destaca.

La viña es joven, cuenta 21 años de trayectoria. Se asienta en Maule, la mayor región vitivinícola de Chile, 250 km al sur de Santiago, disponiendo además de viñas Colchagua y Casablanca. Debido a ésta distribución, en época de vendimia TerraNoble hace un trabajo importante de logística, cosechando de día y trasladando la uva por la noche hasta la bodega para inmediatamente procesar la materia prima. Por tanto, en ésta época trabaja 24 horas, aprovechando el momento en virtud de lograr la mejor expresión de la fruta.

Para alcanzar esto, la viña dispone de un equipo integrado por un enólogo jefe, Ignacio Conca, más tres asesores, quienes aportan sus propios enfoques. Ellos son Dominique Delteil, un experto francés que viaja dos veces al año a Chile para informar sobre las tendencias de consumo en el mundo; Guillermo Moreno, asesor de varias viñas de las zona de Colchagua; y Felipe de Sominihac, quien tiene una pequeña viña en la zona del Maipo, llamada Aquitania, que “normalmente trabaja con nosotros”.

IDENTIDAD. Los productos llevan la impronta de lo que TerraNoble busca a través de cada uno de los valles, que aportan diferentes características. “En Colchagua, la Cordillera de los Andes aporta dulzor y un poquito de redondez, mientras la costa aporta finales más largos y frescos, por lo cual va a depender un poco del producto que el enólogo busca”, señala Caludia. Así, los vinos ultrapremium se van trabajando con microvinificaciones de distintas regiones, para lo que el mismo enólogo va probando las calidades para ir ensamblando y armando los vinos.

Con sus etiquetas, actualmente producen unas 450.000 cajas, que a nivel exportación significan unas 250.000 cajas que son enviadas a 30 países. En Latinoamérica su presencia es muy fuerte en Brasil y Venezuela. “En el último año y medio abrimos los mercados de México, Perú, Colombia, Uruguay, Paraguay, y ahora acabo de cerrar con Costa Rica”, resalta.

En Europa, sus principales mercados son Holanda, Alemania, Rusia, pero también están presentes en Bélgica e Irlanda. “En EEUU también estamos fuertes, al igual que en Canadá”. En Asia destacan China y Japón, en este último hace muchos años, con casi 25.000 cajas anuales.

LOS VINOS. En Paraguay podemos disfrutar la línea Varietal, compuesta por 3 cepas tintas: Cabernet Sauvignon, Merlot y Carmenere, junto a dos blancas, Chardonnay y Sauvignon Blanc.

Le sigue la línea Reserva, con Cabernet Sauvignon, Pinot Noir y Carmenere en tintos, y además tiene los blancos Chardonnay y Sauvignon Blanc.

De la línea Gran Reserva, más compleja, disponen de tres tintos: Cabernet Sauvignon, Carmenere y Merlot. Entre estos, del Carmenere Claudia afirma que “es un poco nuestra carta de presentación, ya que la viña es bien especialista en Carmenere. Es un es 100% del Valle del Maule, siendo siempre vinos bien afrutados, que para nosotros es un tema importante destacar: aunque tengan proceso en barrica más prolongados, la fruta está siempre muy presente en nuestros productos”, subraya.

Continúan los niveles premium, donde hay dos líneas. La primera integrada por las etiquetas “K1” y K2”, ambos Carmenere de la zona de Colchagua. La primera proviene de viñedos que están a los pies de la Cordillera de los Andes, de la zona de Marchigüe, y la otra de una interesante zona costera, muy cerca de Paredones,  a solo 10 kilómetros del mar.

Finalmente está la ultrapremium, bautizada como “Lahuén”, compuesta por dos ensamblajes, con sus etiquetas de color Rojo y Azul. Sus conceptos abarcan lo mejor de los distintos viñedos de Maule y Colchagua.

El Lahuén Rojo, cuya primera cosecha es la 2006, tiene una base de Carmenere, más un poco de Cabernet Sauvignon, Garnacha y Syrah. Lahuén Azul, en tanto, es cosechado desde 2007; se trata de un vino un poco más enfocado a la potencia, con base de Cabernet Sauvignon, más Syrah y Petit Verdot.

“En Lahuén tenemos dos ensamblajes, por dos motivos. Un vino tiene la base de Carmenere porque, repito, somos especialistas en esta cepa. Pero Chile también es un país exportador de Cabernet Sauvignon, por lo que teníamos que tener un buen exponente, porque al final de cuentas es lo que más se usa, lo más conocido del vino chileno en el mundo”, explica.

PRÓXIMOS PASOS. Aunque los dos Lahuén son excelentes vinos, Claudia considera que TerraNoble puede lograr aún más nivel y considera que todavía no llegan a su “ícono”.

Mientras, realizan innovaciones interesantes. Actualmente hay dos proyectos diferentes, uno más pequeño, un blend de Syrah y Garnacha muy distinto al resto, hecho al estilo Chateauneuf du Pape (la famosa AOC del sureste francés), “más fresco, más frutoso, un poco más ligero, pero la verdad muy interesante”.

Por otro lado, TerraNoble está por lanzar un espumante realizado con el método tradicional, hecho con Pinot Noir. “Lleva casi 24 meses de guarda sobre lías”, adelanta. Con uvas de Casablanca, nació como un experimento, ya que previamente la viña no había hecho espumantes, “pero nos sentíamos con la capacidad. Son volúmenes pequeños, pero creo que este vino dará que hablar. Pretendemos hacer un lanzamiento en el mercado nacional (chileno) entre noviembre y diciembre de este año”.

Por supuesto, piensan hacerlo llegar a Paraguay. “Quiero enviar unas muestras, creemos que acá hay mercado para el consumo de los vinos de alta gama y debe éste tener su nicho”, afirma, aunque luego aclara que “éste no va a ser un espumante de consumo diario” destaca la ejecutiva haciendo referencia a su crianza.

Con poco tiempo en nuestro país, el foco está puesto en construir marca. “Queremos que se conozca TerraNoble en Paraguay, queremos ir mostrando que tenemos vinos de muy buena relación calidad - precio”. Así, para Asunción buscan presencia en los principales restaurantes, en las tiendas especializadas de prestigio y en aquellos supermercados donde se puedan mover vinos de alta gama, buscando también tener lugar en éstos para los varietales de consumo diario.