Por Alejandro Sciscioli

En mayo pasado nos tocó ser parte de una muy placentera velada en el restaurante Le Sommelier, con la presencia protagónica de los vinos argentinos Gauchezco. En su momento publicamos la crónica de lo vivido y degustado y, ahora, llega el momento de poner en letra escrita lo conversado con Mauricio Vegetti, el joven pero muy experimentado enólogo de una bodega que a fuerza de calidad está haciéndose sentir.

Con gran simpatía, paciencia y hasta un toque docente, Mauricio habló largo y tendido sobre la bodega, en la cual ingresa en el año 2007, desde el inicio mismo del proyecto encarado por la familia Anesi, oriunda de los EEUU.

Así, Eric Anesi y el propio Mauricio comenzaron un trabajo conjunto que perdura hasta hoy. “Trabajamos con fincas muy antiguas. Tenemos una en la zona de Barrancas, que es lo se conoce como la primera zona en Mendoza. Esta finca esta fue plantada en 1881 por un gobernador  que se llamaba Tiburcio Benegas, quien plantó muchos viñedos”, inicia.

La finca de Barrancas, de donde salen las uvas para Gauchezco Oro, el ícono de la bodega elaboradó íntegramente con Malbec, cuenta con unas 270 hectáreas, “aunque también trabajamos con distintas zonas”.

Con uvas del Valle de Uco, se elabora la línea Plata, también 100% Malbec. Allí no poseen viñedos propios, aclara, aunque sí tienen cerrados acuerdos a largo plazo con productores para trabajar las fincas como lo crean más conveniente. “Después tenemos producción en Cafayate, donde hacemos nuestro Torrontés con uvas de un viñedo nuestro. El vino se elabora y se estabiliza en Cafayate y después se traslada en camión tanque a Mendoza para su embotellado”.

Hoy, Gauchezco no tiene aun en Mendoza bodega propia, aunque posee un contrato con una casa de vinos para utilizar exclusivamente un sector de la misma. “Pero todo el equipamiento de recepción es de la bodega, o sea, despalilladora y prensa, más tanques, personal, bombas y todo lo demás, es nuestro. No tenemos un espacio físico, porque como esto empezó como un proyecto chiquito”, aclara el enólogo.

“Tenemos un proyecto de bodega propia. La idea era empezar a construir este año, pero creo que empezaremos el 2015 porque nos agarró cosecha larga, complicada, con varios despachos y todo, así que hay que organizar, el proyecto ya está armado. La bodega se hará en Barrancas, donde tenemos listas cuatro hectáreas y media ya limpias, con el agua instalada y todo listo para empezar a construir”, aclara.

JOVEN, PERO CON MUCHA EXPERIENCIA. La conversación fue derivando sobre la experiencia de Mauricio, quien explica que tiene 32 años. Pese a su corta edad, ha trabajado en Peñaflor, Nieto Senetiner, Trapiche, estuvo tres años en Francia, en 2000, 2004 y 2006.

Luego comenzó su tarea en una empresa francesa realizando “algunos proyectos más relajados, como Fangio, una marca para Juan Manuel Fangio, y algunos productos que solo se exportaban, con distintos inversionistas”. Pero al conocer a Eric en el año 2007 se embarca en Gauchezco.

“Lo más lindo es lo que pasa hoy, cuando vemos el fruto de todo ese trabajo”, dice. Y con gran satisfacción asegura que gran parte del éxito actual tiene su base en viñedos muy antiguos con los que elaboran sus vinos. “Te diría que tenemos uno de los Malbec más viejos que hay… no sé si el Malbec, pero el Cabernet Franc sí seguro es el más viejo, de 100 años, y hoy la idea es incorporarlo para usarlo con un blend”, prosigue.

“Tenemos una finca con mucha tradición y en una zona muy buena a nivel cualitativo, sin llegar a lo que es el Valle de Uco, eso hay que aceptarlo, pero con viñedos muy viejos, que es lo que Uco no tiene”, precisa.

SOLO EXPORTACIÓN. Mauricio comenta que Gauchezco fue una marca concebida solo para exportación a los EEUU, “primero porque los dueños eran americanos y segundo porque llegaron en un momento en que a los productores de Argentina les convenía exportar”.

Pero como en todo, “el boca a boca” surtió efecto y los vinos de marca empezaron a entrar en algunos países de manera especial. “Y ahora que entró Lucas Dalla Torre hemos ampliado la presencia en otros mercados: además de los EEUU estamos en  5 países de Asia, 3 de Europa, México y Canadá, Puerto Rico, Paraguay y Brasil, adonde estamos cambiando importador ahora. La idea es manejar 5 países por continente, no más”, señala. De todos modos, la fuerza del mercado interno argentino hizo que se replantearan no vender en el país, “ya que a pesar de todo lo que el sector vitivinícola exporta, la realidad es que el 75% se consume adentro del país”, y por ello es posible disfrutar Gauchezco también en el nuestro vecino del sur.

- ¿Cuánto están produciendo ahora?
- En cajas, este 2014 vamos a llegar a las 70.000 u 80.000.

- Por la superficie de cultivos que manejan, tienen resto como para seguir creciendo…
- Sí, solo de Malbec, hoy con la producción propia que tenemos, diría que podemos llegar a 100.000 cajas de producción.

- Qué hacen con el excedente, ¿lo venden?
Sí, somos fuertes productores de uvas. Tenemos muchas hectáreas de Pinot Noir que son muy antiguas, que se plantaron por ingenieros franceses que trajeron distintos clones para hacer espumantes. Tenemos mucha uva que vendemos a muchas bodegas, casi todas muy conocidas. Igual, tenemos sectorizados en nuestra finca los cuarteles que se trabajan para producción propia, a los que le damos un trabajo especial, distinto.

- Hoy, Gauchezco está en Paraguay con 4 productos, Oro, Plata, Torrontés y el espumante Extra Brut. ¿Piensan seguir creciendo en el país?
- Sí, definitivamente queremos incorporar más líneas, pero nuestra intención es primero darle tiempo a Rodrigo García, nuestro importador, para que vaya imponiendo la marca y también ver la reacción de la gente con los productos que ya están. Luego, la idea luego es traer productos un poco más de consumo masivo, que es una línea que aun no llega y que está entre el Torrontés y el Plata, que es una línea que denominamos Reserva. En esa línea hay Malbec, Cabernet Sauvignon, Petit verdot, Pinot Noir y Chardonnay. También sería lindo traer el Gauchezco el Plata Terroir Blend, con 30% de Cabernet Franc y 70% Malbec.

- Como enólogo, ¿qué vino te gustaría hacer ahora en Gauchezco?
- Nosotros estamos trabajando mucho con lo que es Petit Verdot y Acelotta, que es una variedad que todo el mundo la confunde, no es una tintorera. Requiere de mucho trabajo, pero da vinos interesantes para cortes. Lo que hemos empezado por ahora es justamente con eso, los cortes. Eso me gusta.

- ¿Y alguno de estos blends va a quedar por encima del Oro?
- El próximo vino insignia de Gauchezco probablemente sea un corte. Seguramente con Cabernet Franc, con Petit Verdot, por qué no con Anchelotta y sí, va a tener Malbec.

PALABRA DE ENÓLOGO. Y al final quedó la parte más jugosa de la charla, en la que se habló de cepas, vinos en general y el futuro de la viticultura en Argentina más allá del Malbec.

Primero se habló de lo bueno que está saliendo el Cabernet Franc en Argentina. “Es excelente. Es una variedad que se implementó y plantó mucho durante muchos años. Después del boom del Torrontés, hoy se considera que puede llegar a ser en el mundo la pareja del Malbec”.

También tuvo unas palabras para el Bonarda Argentina, al que calificó como “un vino complicado; igual yo soy un fanático, me fascina. Es un vino que sale de lo tradicional y lo normal, entonces a la gente le cuesta. La Bonarda es naturalmente una variedad muy productiva, le gusta dar mucha uva. Y por ahí en el afán de bajar la cantidad de uvas y concentrarla más, se va de tánica y queda demasiado estructurada”, comenta.

Entonces destaca en contraposición la plasticidad del Malbec, que “es súper maleable; la Bonarda en cambio es más delicada y hay que trabajarla mucho desde el viñedo, con mucha más suavidad cuando encubas, cuando empezás a hacer montaje”.

- También están saliendo unos Malbec muy interesantes en Cafayate; y Cabernet Franc también.
- Cafayate esté sorprendiendo, está sacando unos vinos bárbaros. Está empezando a complicar en el buen sentido a las bodegas, porque es un terruño que todavía tiene mucho que dar.

Luego, la conversación se distendió y, copas de vino mediante, la entrevista se transformó en una amena charla de amigos que aman al fruto de la vid.