Por Alejandro Sciscioli

En diversas entrevistas publicadas en el portal logramos opiniones de los más diversos wine makers, gente muy experimentada y con una riqueza profesional a la cual “sacarle el jugo” fue un enorme placer. Pero recientemente se nos presentó una oportunidad única y, creo, doblemente interesante: conversar con un muy joven miembro del staff profesional de la bodega argentina Trapiche, quien aporta su óptica y sapiencia como ingeniero agrónomo desde hace casi cinco años, adentro del equipo enológico.

La capacitación a la fuerza de venta y a los mozos locales, además de la visita a lugares exclusivos que trabajan con la marca y algunos eventos puntuales con consumidores, abarcaron una apretada agenda en la que Juan Esteban Pina no sólo trajo a Paraguay sus conocimientos en lo que propone Trapiche, sino que también aprendió un poco más del mercado local en cuanto a sus gustos, según reconoce.

Con apenas 30 años, forma parte, puntualmente, del equipo de enólogos que trabaja con los vinos de alta gama, lo que significa que su rango de acción está en lo mejor que puede producir la viña: “desde la línea Fond de Cave para arriba, Roble incluido, Fond de Cave clásico, Fond de Cave Reserva, Finca Las Palmas, Gran Medalla, Single Vineyard, Iscay y Manos”, nada menos.

Comenta que es ingeniero agrónomo de profesión, con especialización en enología. Sin embargo, aclara que “el enólogo cada vez sale más al campo, acompañado del ingeniero, y viceversa. Aunque mi trabajo es estar más adentro de la bodega que en el campo”.

EXPERIENCIA. Pareciera, por su juventud, que Juan Esteban Pina inició su carrera en Trapiche, pero en realidad tiene un interesante “prontuario” profesional, que incluye otras dos bodegas de importante nombre, ambas en Argentina.

“Para mí, fue un reto quedarme adentro de la bodega, aunque tenía experiencia previa. La cosecha comenzó al poco tiempo de ingresar a Trapiche, así que en realidad no es que tuve mucho tiempo de preparación”, recuerda entre risas.

Explica que su jefe y el de todos los enólogos es Daniel Pi, gran referente de la vitivinicultura en Argentina, y aclara que Trapiche posee en Coquimbito, Maipú (al este de la ciudad de Mendoza), las dos bodegas donde elabora sus vinos de alta gama.

SINGLE VINEYARD. En la medida que la charla avanza, naturalmente surge el tema de la línea Single Vineyard, con la que Trapiche homenajea año a año a los tres mejores productores de uva con los cuales mantienen relaciones a largo plazo.

“A mí personalmente el tema del Single Vineyard es de los temas que más me gustan”, se sincera, y comienza un interesante relato.

“Históricamente, todo lo que trabaja alta gama de Trapiche siempre se elabora por separado. Desde la uva propia a la que se le compra a cualquier productor. Van las uvas por separado a los tanques, y luego a las barricas, siempre todo separado. ¿Qué sucedió? Se observó que había cosas muy interesantes. Cada viñedo de un productor de Malbec era distinto al de los demás, aún cuando éstos fueran vecinos”, comenta.

Lo que siguió fue la decisión de sacar, en el año 2003, la primera cosecha de los Single Vineyard buscando que no se perdiera la identidad de esos magníficos vinos que se lograban. Y en las etiquetas figuran año a año los nombres de los tres productores que mejores uvas aportaron a la bodega. “Para nosotros la decisión de cuál es Single Vineyard que se comercializará es una decisión que tarda más de un año en llegar”.

Luego, con lo producido que no llega a ser embotellado al nivel Single Vineyard se destina a un escalón por debajo.

Un detalle interesante es que si bien el equipo de Trapiche hace un seguimiento al trabajo de los productores, no se interviene en la tarea y se les deja que hagan lo que saben hacer para que no se pierda la verdadera identidad del productor.

“Lo más lindo es que los productores saben que están como compitiendo. Muchos de ellos, cuando llega el momento de entregar la uva, dicen ‘este año voy a salir yo’, o cuando no son elegidos se lamentan. Hay una sana competencia. El valle de Uco es chico y se conocen entre ellos, saben perfectamente quién es quién. Pero para nosotros, todos ellos tienen un trato especial, todos”, comenta.

DE TODO UN POCO. En la medida que la hora pasaba, la charla giró sobre muchos temas: la madera (criterios para selección de barricas y los tostados), la estiba en botellas, el trabajo diferenciado que se hace en las viñas con las uvas que irán a los vinos de alta gama, los mapeos de suelo, cómo se hacen las cosechas en las fincas adonde hay tipos de suelo muy diversos, y mucho más.

También la conversación se detuvo un buen rato en un nuevo hijo de Trapiche, elaborado en la línea de alta gama Iscay, y que ya está disponible en el mercado local. Se trata del Iscay Syrah Viognier, un vino elaborado según la usanza francesa de la Côtes du Rhône (AOC que se aplica a vinos producidos en ambas márgenes del río Ródano).

“Iscay quiere decir dos en quechua, la lengua que hablaban los pueblos originarios de esta zona de Mendoza”, explica Juan Esteban. Así, Iscay tiene un doble significado: dos enólogos “padres (Daniel Pi y el estadounidense Joey Tensley, quien tiene una bodega en California) y dos cepas aunadas, la tinta Syrah y la blanca Viognier.

El enólogo aclara que la presencia de Viognier es de apenas 3%, pero esa ínfima participación “tiene un impacto aromático importante. El vino es muy elegante, complejo, tiene notas con toque floral, toda la fruta y la pureza del Syrah, pero hay algunas notas que te dan la idea de que hay algo de Viognier, porque tiene el toque a flores blancas y algo de durazno”, subraya.

Luego de la extensa conversación llegaba el momento de la despedida. Pero antes, Doreen Díaz, ejecutiva comercial de firma que importa localmente los productos de la bodega argentina, adelantó que en 2014 Trapiche tendrá muchas novedades en Paraguay. “Vamos a tener muchas cosas nuevas: se agrandará la línea de Fond de Cave, del que ya tenemos el Clásico y el Reserva, y crecerá con los Gran Reserva”, precisó. Aunque indicó que habrá más noticias sobre nuevos productos.