Por Alejandro Sciscioli

En marzo de este complicado 2020, quien firma estas líneas tuvo la fortuna de poder viajar a Cataluña, España, para conocer de cerca el trabajo realizado por la tradicional casa de vinos Familia Torres. Muchas etiquetas fueron catadas durante la experiencia, y ahora la buena nueva es que tres de ellas que no estaban presentes aún en el mercado local se transformaron en una más que interesante novedad en las góndolas.

¿Cuáles son esos vinos? Viña Esmeralda Blanco, Viña Esmeralda Rosé y Mas La Plana, los dos primeros muy agradables y fáciles de beber, ideales para nuestro clima, y el segundo una tremenda demostración de que Familia Torres sabe lo que hace cuando elabora vinos a base de Cabernet Sauvignon.

Desempolvando las notas tomadas en el viaje se puede destacar que la línea Viña Esmeralda se pensó como una manera de expresar lo que es el Mediterráneo a través de vinos jóvenes y frescos. Proviene de viñedos con clima precisamente mediterráneo (inviernos suaves y veranos cálidos, pero no al extremo, con primaveras y otoños con algunas lluvias) y suelos calcáreos ricos en limos y piedra caliza, medianamente pobres en materia orgánica y buen drenaje al subsuelo.

Esta es la descripción de los vinos:

VIÑA ESMERALDA BLANCO (DO Catalunya). Se trata de un blend de Moscatel (80%) y Gewürztraminer (20%), con fermentación en tanques de acero inoxidable. Es de intensidad aromática media +, con notas a uva fresca, lichi, maracuyá, rosas, damasco, durazno fresco, más un toque  cítrico. En boca es seco (con suave punto dulce al inicio de boca), cuerpo medio +, untuoso, con sabores muy florales, alcohol bajo, final medio+. ¡Muy interesante!

VIÑA ESMERALDA ROSÉ (DO Catalunya). Se trata de un rosado de Garnacha Tinta con breve maceración y fermentación en acero inoxidable a baja temperatura. Es de intensidad aromática media, elegante, con notas a granada, frutilla y cereza, más un levísimo punto vegetal. Es seco, de acidez media +, cuerpo medio, sabores que repiten lo percibido en nariz, más toques suaves de durazno, final medio y alcohol bajo. Ideal para amenizar una tarde en la pileta. 

MAS LA PLANA (DO Penedès). Para entender por qué Familia Torres tiene un Cabernet Sauvignon como vino ícono hay que ir atrás en el tiempo. Don Miguel Torres, el patriarca que impulsó la compañía familiar desde la década de 1960, estudió enología en Francia, donde se enamoró de la variedad. Esta etiqueta nació en 1970, a partir de la primera cosecha de Cabernet Sauvignon, noble variedad cultivada en 1966 en la Finca de Mas La Plana, ubicada en Pacs del Penedès. Desde esos momentos la etiqueta fue motivo de orgullo para la viña. Esta etiqueta, que cuenta con una crianza de 18 meses en barricas de roble francés (85% nuevas), es un claro ejemplo de esos vinos que pueden vivir años y  años en botella evolucionando noblemente. Posee una muy buena intensidad aromática y es complejo, con notas a fruta negra, regaliz, pimienta negra, pimiento rojo, chocolate y algunos toques cárnicos, mientras que en boca se percibe una muy buena acidez, taninos potentes pero sedosos, cuerpo alto, alta intensidad de sabor, alcohol muy bien integrado al vino y un final muy largo y complejo donde destacan notas terciarias (algo de chocolate y caramelo). Un tremendo vinazo que llega a Paraguay para sumar el más alto nivel a las góndolas.

Todos los vinos de Familia Torres son importados, representados, comercializados y distribuidos en el país por el Grupo ACSA. 

¡Ahora solamente queda descorchar y disfrutar!

---