Por Alejandro Sciscioli

Quienes disfrutamos del vino de manera regular sabemos que no es necesario gastar mucho dinero para obtener calidad en la copa. Ejemplos sobre esas excelentes etiquetas hay muchos, ¡por fortuna!, pero hoy quiero detenerme en una en particular, elegida para acompañar un menú de carnes durante una de las tantas noches de cuarentena.

La etiqueta descorchada fue Ramón Bilbao Crianza 2016, vino elaborado bajo la españolísima Denominación de Origen Calificada (DOCa) Rioja. Está compuesto íntegramente de Tempranillo, una de las variedades tintas emblemáticas de España y principal cepa de la denominación, aunque vale aclarar lo siguiente: si bien los vinos tintos de Rioja pueden ser monovarietales de Tempranillo, también pueden ser ensamblajes con esa cepa como variedad principal, y complemento de Garnacha Tinta, Graciano, Mazuelo y/o Maturana tinta.

Otro detalle es que no encontré en la web de la bodega los datos acerca de su guarda, pero al ser “Crianza”, como mínimo debemos esperar una guarda de 12 meses en barricas de roble y otros 12 meses de estiba en botella antes de su comercialización. 

¿Con qué me encontré en la copa? Con un vino muy “peligroso”, pues un sorbo invita al siguiente y así sucesivamente. Posee una intensidad aromática media a media alta, con claros aromas a fruta roja más bien madura, mientras que el tiempo de guarda en roble aportó notas a coco, vainilla y almendras tostadas. En boca es seco, de muy buena y balanceada acidez, taninos medio altos (pero sedosos), gran cuerpo y largo final, con características de sabor que remiten a lo percibido en nariz, más suaves notas a cacao y algo de canela. ¡Fue necesario mucho autocontrol para dejar media botella para el día siguiente!

¿El acompañamiento? El delicioso combo de picaña, costilla y vacío de O Gaucho, que llegó vía delivery a mi casa, puntualmente, a la hora solicitada.

Al inicio del comentario hice referencia al precio, dato cuya precisión dejé para el final. Esta etiqueta tiene un sugerido para consumidor final de unos G. 90.000 (unos US$ 13,3). Ello implica que se trata de una de esas etiquetas que tanto apreciamos, de gran relación entre costo y beneficio.



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